Eli Pariser, activista cofundador de Avaaz o MoveOn.org (grupo progresista norteamericano), y Consejero Delegado de Upworthy -un portal que difunde contenido viral social-, está preocupado. Alerta de los peligros que nos encontramos por algunas distorsiones del mundo digital. Internet nació para promover y compartir información, y sin embargo, los poderes económicos han restringido su potencial.

Google, Facebook, Netflix, Amazon... Nos leen el pensamiento

Pariser lo resume en su libro El filtro burbuja, publicado en 2011 y editado ahora en español por Taurus: los filtros que aplican algunas webs facilitan las búsquedas en la Red, al precio de dejarnos encerrados en una burbuja de contenidos personalizados. En 2009, Google comenzó a per­sonalizar los resultados de nuestras búsquedas, adaptándolas a nuestra ubicación o búsquedas previas, entre otros factores. Más tarde ocurrió en Facebook, que pasó a mostrarnos actualizaciones de aquellos amigos con los que interactuamos más. Netflix, Amazon y Pandora (un servicio online de canciones) pueden detectar nuestros gustos y personalizarnos su oferta. Y para el autor, todo esto, que las empresas de Internet logran con complejos algoritmos y aparentemente es positivo y útil, puede resultar peligroso. Define el fenómeno como "burbuja de filtros", explicando que es "un universo único de información para cada uno de nosotros", lo que nos dificulta encontrar información online que desafíe nuestros puntos de vista, y dificulta en çultimo término la democracia. Es una "autopropaganda invisible, que nos adoctrina con nuestras propias ideas", explica el autor.

Monetizar nuestro control

Por ejemplo, buscar "cambio climático" arroja distintos resultados en el caso de que el usuario sea científico o en el de que trabaje en una petrolera, explica. La mayor parte de los buscadores y webs de noticias cuentan hoy en día con este tipo de algoritmos, y su objetivo no es precisamente que "el usuario cambie de opinión y amplíe sus horizontes". "Estas empresas deciden qué opciones tenemos de menú", advierte Pariser. Google, Facebook y otras webs también convierten la información que recopilan con las búsquedas de sus usuarios en dinero con, por ejemplo, la venta de publicidad, señala Pariser. "Cuando algo es gratis, el producto eres tú", añade. Sin ser totalmente conscientes, confiamos a los buscadores y a redes sociales información que no le daríamos "ni a nuestros amigos más cercanos", por eso, cree que es necesaria una iniciativa legislativa que otorgue a los ciudadanos la propiedad de esos datos y la capacidad de borrarlos en el momento que lo deseen. El "filtro burbuja" que describe Pariser ha cobrado especial relevancia con la victoria de Donald Trump y el brexit. La ciudadanía experimentando "un gran cambio" en su relación con los medios de comunicación y gran parte de la información que obtiene no es a través de ellos, sino de las redes sociales.

Formas de esquivarlo

La visión de Pariser es, con todo, progresista. Tras analizar la evolución de Internet hacia la personalización, propone recetas para reventar la burbuja de filtros: pide a las empresas de Internet que den a sus usuarios más control sobre la información personal que tienen de ellos, o que contraten una suerte de defensor del usuario, y por lo pronto, al internauta le sugiere apagar las opciones de personalización. Otra idea que aporta es que los algoritmos de filtración sean complementados por editores humanos que muestren información contrastadamente afín a nuestros intereses. Asimismo, reclama una mayor promoción de temas públicos que favorezcan la ciudadanía. En esta charla TED del autor, se puede porfundizar en sus ideas: https://www.ted.com/talks/eli_pariser_beware_online_filter_bubbles?language=es