Alfonso Goizueta (Madrid, 1999), el finalista del Planeta por La sangre del padre’, es el autor más joven de este premio literario en sus 72 años de historia. A sus 24 años (acabadísimos de cumplir), se desenvuelve con total naturalidad en su recién adquirida fama, con un discurso claro, directo y siempre con una sonrisa. Un miembro del jurado, antes de abrir la plica pensó que ese profundo conocimiento de la vida de Alejandro Magno sólo podía corresponder a alguien que hubiera estudiado clásicas y que tuviera más de 60 años, se equivocaba en las dos cosas. “No soy una rata de biblioteca”, nos cuenta en una entrevista en la que también nos confiesa que escribe sus novelas a mano. “Esta novela la tengo manuscrita en ocho o nueve Moleskine. Escribo a mano, no sé enfrentarme a la página de Word en blanco, con el cursor parpadeando, eso me aterra”.

El finalista del Planeta 2023 se define como una persona normal, que sale con sus amigos los viernes por la noche y que tiene una pasión “un poco más rara, pero cada uno hace lo que se le da bien y lo que le gusta”.

‘¿De qué va 'La sangre del padre', la novela con la que Alfonso Goizueta es finalista del Planeta 2023?

La sangre del padre’ es una novela histórica que pretende descubrir el lado humano de Alejandro Magno, el mayor conquistador de todos los tiempos y que extendió la cultura griega por todo el mundo conocido. “Cambió su universo de una forma tan drástica, que me fascinaba”, nos explica el autor, quien no pretende descubrir nada nuevo sobre la figura histórica sino darle contexto desde la ficción. De esta manera, se sumerge en la mente del gran estadista, que heredó el reino de su padre con apenas 20 años y lo extendió por toda Asia.

“Cuando estás en esa década de los 20 años, cuando ya no eres niño, pero no te sientes todavía adulto del todo, esa angustia que puedes sentir no es que sea un problema moderno. Todos los jóvenes lo han sentido a lo largo de la historia y Alejandro es uno más. Es lo único que nos une, pero también a todos los jóvenes de nuestra edad”, aclara cuando le preguntamos si se siente de alguna manera identificado con Alejandro Magno.

A lo largo de la entrevista también hemos hablado con él de su interés por la política. Sin embargo, aclara que no tiene ninguna intención de dar el salto: “A mí lo que me divierte es la novela. No creo que fuera buen político y me quedo con la literatura”.

No me sé desenvolver en el mundo de tecnología y tengo una pasión que es un poco más rara, pero cada uno hace lo que se le da bien y lo que le gusta

PREGUNTA.- ¿Por qué elegiste la figura de Alejandro Magno?

RESPUESTA.- Es una de las grandes figuras del mundo clásico, creo que las más importantes de todas. Pocas fechas hay más importantes en la historia que la muerte de Alejandro, porque dejó un mundo totalmente nuevo en relación con el mundo que lo vio nacer. Esta figura que cambió su universo de una forma tan drástica me fascinaba. También la idea de la juventud, de haber hecho toda esta gran gesta con apenas 25-26 años.

P.- Salvando las distancias, ¿te sientes de alguna manera identificado con él?

R.- No, ni salvando las distancias ni sin salvarlas. Cuando estás en esa década de los 20 años, cuando ya no eres niño, pero no te sientes todavía adulto del todo, esa angustia que puedes sentir no es que sea un problema moderno. Todos los jóvenes lo han sentido a lo largo de la historia y Alejandro es uno más. Es lo único que nos une, pero también a todos los jóvenes de nuestra edad.

P.- Eres un joven atípico en tu tiempo, porque este amor por los clásicos no es habitual.

R.- Bueno, no es habitual, pero es la pasión que tengo. Otros tienen una pasión distinta y hacen unas cosas con las que yo jamás podría soñar. Tengo amigos que saben programar y montar startups. Yo no me sé desenvolver en el mundo de tecnología y tengo una pasión que es un poco más rara, pero cada uno hace lo que se le da bien y lo que le gusta. 

La mayor lotería que te puede tocar en la vida es tener un buen profesor en el momento oportuno

P.- ¿Cómo descubriste a los clásicos? ¿Ha habido alguien en tu entorno que te haya inspirado?

R.- La mayor lotería que te puede tocar en la vida es tener un buen profesor en el momento oportuno. Y yo tuve la suerte de tener una magnífica profesora de historia en Primaria, siendo muy pequeño. Tenía la costumbre de todos los lunes por la mañana empezaba las clases leyéndonos un cuento de mitología griega. Le debo no sólo haberme enseñado muy bien, sino despertar mi pasión y haberme dado una vocación.

P.- ¿Qué te ha enseñado este Alejandro que tú has perfilado, intentando descubrir a la persona que hay detrás de ese gran hombre que ha pasado a la historia?

R.- Cuando miras a la historia y ves grandes figuras de generales o de reyes, parecen muy planas o muy obscuras, pero seguían siendo hombres, seres humanos. Me ha aportado ver lo que se esconde detrás de un ejercicio autocrático del poder, porque al final no eran demócratas, eso desde luego. Lo más interesante del personaje ha sido ver cómo eran los entresijos familiares, la propia historia con uno mismo, cuando se está ejercitando un poder de esa dimensión.

P.- ¿Cómo te has documentado para poder construir esta historia?

R.- Las únicas fuentes directas que tenemos del tiempo de Alejandro son las arqueológicas. Me he basado en los historiadores que lo estudian, en los textos que escribieron los romanos, Plutarco y Flavio Arriano, que escribieron 400 años después de la muerte de Alejandro y que de por sí van a estar adulterados por todo el tiempo que había pasado, también he consultado algunas fuentes medievales y muchas de las monografías del siglo XX de grandísimos historiadores como Robin Lane Fox y Bosworth. Pero yo no tengo ninguna necesidad de descubrir nada nuevo de Alejandro, como si estuviera en una tesis doctoral. La investigación para la novela era simplemente construir muy bien el contexto y armarlo para que la historia transcurrir ahí, dentro del reino de la ficción.04:34 

P.- ¿Hablas, por cierto, latín y griego?

R.- No, ¡ya me gustaría! Estudié latín en el colegio, pero casi no me acuerdo nada.

P.- Los últimos estudios dicen que la gente de tu generación son jóvenes comprometidos, solidarios y preocupados por el cambio climático. ¿Cómo eres tú? ¿Con qué causas te comprometes?

R.- Existe el prejuicio de que los jóvenes están todo el día enganchados al teléfono y para nada. Evidentemente somos una generación más tecnológica, pero como dices, estamos comprometidos con muchas cosas. Si yo tuviera que elegir una causa, es la causa del individuo, la persona, que prevalezca en su libertad y en hacerse a sí mismo. También es un concepto muy helénico, muy cosmopolita, un fenómeno que surgió después de Alejandro.

La política te tiene que interesar siempre, aunque muchas veces cueste y los políticos te lo pongan muy difícil

P.- Te ha interesado bastante la política ¿te sigue interesando?

R.- La política te tiene que interesar siempre, aunque muchas veces cueste y los políticos te lo pongan muy difícil, porque eso genera un clima de apatía que dan ganas de no meterte en ello. Pero yo creo que todos debemos estar interesados en la política, porque al final es algo que te incumbe, es el funcionamiento de tu sociedad y de tu país. Como dije el día del premio, tengo un interés a lo griego y como ciudadano de tu polis, tienes que estar un poco atento a lo que sucede, desde luego

P.- ¿Te gustaría dedicarte a la política?

R.- Pues no lo sé. A mí lo que me divierte es la novela. No creo que fuera buen político y me quedo con la literatura.

P.- ¿A la literatura sí te gustaría dedicarte?

R.- Sí, me gustaría muchísimo y la verdad que es una suerte que el Planeta me dé la oportunidad de poder intentarlo.

P.- ¿Ya tienes previsto tu nuevo libro? ¿Estás dándole vueltas?

R.-  Estoy dando vueltas a un par de ideas, va a ser una novela histórica, es un género que me gusta mucho, con el que me identifico muy bien y puedo desarrollar mi estilo. Cuando te topas con personajes que quizás tienen una vida de novela, te lanzas, pero estoy perfilando ideas. ‘La sangre del padre’ lo he terminado este año y estoy en un proceso un poco de barbecho, valorando varias ideas.

P.- ¿Te consideras un privilegiado?

R.- ¿Por haber ganado el Planeta? Me siento afortunado. Desde luego, eran muchas novelas, la edición en la que se han presentado mayor número, de ahí que juega también un factor de probabilidad de suerte, porque seguro que entre las más de 1200 novelas presentadas había textos muy buenos.

P.- Eres, además, el candidato más joven con diferencia.

R.- Totalmente, todo tiene mucho de rocambolesco, pero estoy muy contento de que los jueces consideraran que el texto era merecedor de ello. Y al final yo me presenté con una plica cerrada, con un nombre que nadie sabía quién era. Estoy muy contento y muy agradecido.

P.- ¿Te ha cambiado en algo la vida?

R.- Es una experiencia muy nueva. El libro va a llegar a muchísima gente y esa es la fuerza del Planeta, te da un espaldarazo enorme a una carrera literaria, porque yo venía de auto editar. Entonces, de repente, entrar así en el mundo de las letras por esta puerta tan grande, pues sí, claro cambia mi vida y mi carrera.

P.- El día del fallo acudiste a la cena de gala con tu agente literario, sin que te acompañara nadie de tu familia o entorno cercano.

R.- La novela la escribí yo solo y fui yo solo. Lo único que sabía es que era uno de los diez candidatos. Si no sales y te vas con un chafón a casa, mejor te lo comes tú solo y si tienes la suerte de salir, tampoco sabía qué podía pasar después, no tenía ni idea. Pensé mejor en ir solo a ver qué sucede, porque las cosas se hacen solo en la vida. También llega un punto en el que no puedes ir de la mano de nadie, ¿no? Pero vamos, como dicen los ingleses, no big deal, no pasa nada.

No escribo en mi casa nunca porque me distraigo con facilidad y entonces lo que me gusta es irme a cafés

P.- ¿Dónde escribes?

R.- Curiosamente no escribo en mi casa nunca porque me distraigo con facilidad y entonces lo que me gusta es irme a cafés. Cuando estaba en Londres me iba mucho a los pubs, me ponía los cascos y escribía en una libreta y luego, al volver a casa, ya por la noche, con más silencio, más tranquilidad, pasaba a ordenador lo que había escrito a mano durante por la mañana.

P.- ¿Cómo es el proceso creativo en tu caso?

R.- Me gusta mucho que la historia me lleve. Entonces tengo una idea preconcebida de lo que quiero que sea, una escena, pero luego no me hago una escaleta. Es un poco a vuela pluma. Cuando paso a ordenador, todo lo que he escrito por la mañana hago el proceso de reorganizar, reordenar, meter cosas que igual han fallado, pero es un ejercicio muy intuitivo.

P.- Me has hablado de Londres, que estuviste allí. ¿Se gestó allí esta novela?

R.-  La gesté en Londres entera, porque estaba allí haciendo la carrera y luego el doctorado. La escribí mientras me doctoraba del 20 al 23. La pandemia la viví en Madrid, pero volví a Londres enseguida y fue un proceso muy duro, como para todos. Afortunadamente no tuve que lamentar ninguna carga personal, simplemente lo que fue el confinamiento. Y bueno, pues eran momentos en los que te dabas a la escritura casi como vía de escape. 

P.- ¿Eres autodidacta o has hecho algún curso de escritura?

R.- Nunca ha ido un curso de escritura. Yo siempre he tenido esto de escribir practicando y leyendo muchísimo y sobre todo con una papelera al lado, porque ese es el mejor aliado, no tachar y tirar los papeles.

Esta novela la tengo manuscrita en ocho o nueve Moleskine

P.- O sea que escribes a mano

R.- Sí. Esta novela la tengo manuscrita en ocho o nueve Moleskine. Escribo a mano, no sé enfrentarme a la página de Word en blanco, con el cursor parpadeando, eso me aterra.

P.- ¿Te hubiera gustado vivir en otro periodo histórico distinto? ¿No tan tecnológico?

R.- No, para nada. Es un tiempo maravilloso, de muchísima oportunidad, de muchísima libertad, en la que tienes el conocimiento al alcance de la mano y como todas las épocas, también tiene su parte negativa, claro está, pero desde luego me parece la mejor.

P.- Antes me hablabas tú de que hacía falta leer mucho. ¿Quiénes son tus referentes literarios? ¿A quién lees?

R.- Me gustan muchísimo los autores del boom latinoamericano, García Márquez. Cuando leí 'Cien años de soledad', algo me cambió y supe en ese momento que quería escribir, aunque se quedara siempre a la sombra. Roberto Bolaño me ha gustado muchísimo y sé que es un autor que o adoras o detestas. Me han gustado mucho los ingleses victorianos, Stevenson, Emily Bronte, me chifla, 'Cumbres Borrascosas' lo leí con 18 años y es un libro que releo de vez en cuando porque me gusta mucho todo este mundo. También leo literatura contemporánea. Ahora estoy leyendo Pierre Lamaitre, 'El ancho mundo', que me está encantando.

P.- ¿Hay algo que te apetezca contar de ti aparte de todo lo que hemos hablado?

R.- Pues mira, ya que lo mencionas, se me vincula con la idea del niño prodigio, algo que yo tengo asociado a una persona que está encerrada 24 horas al día en una biblioteca y no hace otra cosa que leer y escribir. Seguramente si hiciera eso escribiría muchísimo mejor lo que escribo, pero vamos, que soy una persona totalmente normal, tengo mis amigos, salgo los viernes por la tarde, no soy una rata de biblioteca.