Tras una apertura impactante, comienzan los títulos de crédito de Murieron por encima de sus posibilidades. En ellos se suceden los nombres del equipo mientras suena la canción del dúo Astrud Hay un hombre en España, en la que se narra o se canta las loas de un hombre que al parecer hace absolutamente todo en España. Absurda y divertida, cínica y crítica, la canción supone el perfecto complemento sonoro para introducirnos en la nueva película de Isaki Lacuesta.



Lacuesta ha ido creando una filmografía libre, original, abierta y sin constricciones de géneros ni limitaciones. Un cine absolutamente contemporáneo que debe contemplarse del mismo modo en el que el cineasta lo plantea. Poco importa si estamos ante un documental o una ficción o un trabajo híbrido, lo interesante es como Lacuesta se enfrenta a cada película de una manera totalmente libre sin intentar imprimir un sello autoral cerrado y reconocible. Cada película es una indagación diferente y una mirada distinta que convierten a Lacuesta y a su cine, en su conjunto, y con sus irregularidades, en una de las mejores experiencias cinematográficas del cine español reciente.


El director tardó unos dos años en rodar Murieron por encima de sus posibilidades, comedia negra y esperpéntica alrededor del sentimiento de desquiciamiento ciudadano producto de la crisis económica. Una película que cuenta con un elenco de actores que van desde nombres tan conocidos como Raúl Arévalo, Carmen Machi, Ariadna Gil, José Coronado, José Luis Pou, Luis Tosar, Imanol Arias o Ángela Molina a otros procedentes de diferentes esferas como Albert Pla, Jaume Sisa, Pascal Comelade… conformando un grupo actoral muy estimulante que, por un lado, aporta un aspecto comercial a la película pero, por otro lado, aparece un lado más anárquico que da como resultado una producción sorprendente y diferente.



La película presenta a cinco personajes muy diferentes, cinco historias distintas, que van conociéndose de manera episódica para dar habida cuenta de una situación general y poliédrica,  alrededor de las cuales aparecen un sinfín de personajes que van conformando un paisaje humano tan desolador como desquiciado. Lacuesta parte de la realidad para, mediante la hipérbole del esperpento, llegar a ella. Los cinco afectados por la crisis acaban internados en un sanatorio mental del que acaban escapando para, vestidos de osos panda y armados, dirigirse hacia el lugar en el que el jefe del banco central se esconde con sus amigos en una suerte de refugio subterráneo. Y mientras tanto, vamos conociendo más de ellos, de su situación, a través de fragmentos del pasado que muestran los motivos por los que acabaron desquiciados. Que no locos. O sí.


Lacuesta afortunadamente prescinde de los grandes discursos, entendidos estos como el desarrollo de unas ideas normalmente expuestas (en gran parte del cine español de corte más social o político) desde la proclama cerrada y bien dirigida, prefirieron la exposición de ideas y de situaciones para poner de relieve la complejidad de la crisis, sus contradicciones. En Murieron por encima de sus posibilidades se reparte leña –tanto en la acción como en su contenido- para y por todas partes, pero nunca desde un enjuiciamiento severo, aunque sí bastante desolador en el fondo. Lacuesta pone de manifiesto la indignación y la rabia, casi siempre justificada, pero también las contradicciones inherentes a todo conato de cambio o de revolución.


El jefe del banco central (un brillante Pou) ya lo advierte al decir, más o menos, que hemos creado algo tan sumamente complejo que no sabemos ni por dónde comenzar para cambiarlo. Y los personajes, en sus diálogos, en sus ideas, en sus acciones, así lo demuestran. Porque esa rabia que expresan sin saber cómo canalizarla, derivando en una violencia extrema que tan solo es detenida con más violencia en un final de inteligentes resonancias con la política europea. Una complejidad que Lacuesta nos muestra a través de esos desquiciados que creen más o menos saber lo que quieren pero no tienen demasiado claro cómo conseguirlo. El estilo de la película, la forma por la que opta Lacuesta, se adecua a la perfección con ese fondo con un ritmo frenético, con una puesta en escena tan desquiciada como sus personajes y las situaciones, con un humor negro que en ocasiones puede rozar lo soportable para algunos espectadores. Y en esa equilibrada unión entre forma y fonda surge una película impactante y subversiva, más seria de lo que parece a primera vista, y enormemente divertida. Otra cosa es que después de las risas aparezca la mueca o la seriedad.



Murieron por encima de sus posibilidades supone uno de los intentos más interesantes de acercarse a la crisis, a sus causas, a sus consecuencias y, sobre todo, a los individuos que la han sufrido de un modo u otro. Y lo hace desde la comedia más frenética, con un estilo que para muchos convierte a la obra en una película punk, pero también con seriedad en el fondo para, al final, mostrar que este país es puro…