El pasado sábado 5 de febrero, la desgracia hizo acto de presencia en Tombrio de Arriba, una pequeña localidad situada en El Bierzo (León). La tranquilidad rural fue interrumpida, de repente, por el humo y las llamas. A las 15:28 horas, una dotación del Parque de bomberos de Ponferrada se desplazó al lugar de los hechos. Pero lo hacieron tarde. El daño ya estaba hecho. Tras varias horas, por fin, lograron controlar el fuego. No había nadie dentro. Pero sí la historia de una vida.

Esa casa que ardía rabiosamente en la calle Los Prietos fue levantada, piedra a piedra, durante 20 años, por los padres de Javier Díaz (Javi Ziontifik), fotógrafo y filmmaker y uno de los personajes más influyentes en el arte urbano español. Forma parte del colectivo Ziontifik, que congrega a un grupo artistas que, tras la unión de artes plásticas, gráficas, audiovisuales y musicales y con raperos como Elio Toffana o Dano lograron cambiar absolutamente la cara de la escena urbana española. Musical y estética. Además, su legado ha servido como fuente inspiradora para las futuras generaciones. The streets will never forget.

En aras de conocer de primera mano la situación vivida, desde ElPlural.com nos hemos puesto en contacto con el propio Javi: "Es una situación que nadie se espera vivir", declara en una conversación teléfonica desde un taxi. Con voz entrecortada recuerda el momento en el que recibió la llamada de sus padres diciéndole que la casa de su vida había sido destrozada por el fuego: "Estaba en Madrid y me contaron todo. Súper nerviosos... Me puse en lo peor, si le había pasado algo a algún familiar... Me quedé a cuadros. Esa casa lo es todo para ellos, su proyecto de vida". Y añade: "Ha sido muy duro pero ya estoy un pelín más animado. Ahora puedo verbalizar y narrar la historia pero las primeras semanas estaba absolutamente noqueado. Y mis padres imagínate".

A continuación, Javier analiza cómo vivió el fatídico momento: "Pasó todo en muy poco tiempo. Ellos fueron a pasar la ITV del coche y cuando llegaron se encontraron ese desastre. Es algo increíble. Todo esto también me lleva a pensar en la fortuna de que no estuvieran dentro de la casa. Al menos fueron ellos quienes me llamaron y no un policía o un bombero para contarme una desgracia peor", expresa. 

Dos fotos de la juventud de Javier Díaz que se han podido recuperar del fuego

Dos fotos de la juventud de Javier Díaz que se han podido recuperar del fuego

A la ya de por sí desafortunada situación hay que añadirle el mayor temor de un artista audiovisual: perder su estudio y una grandísima parte de su trabajo: "Lo tenía todo allí. Mis discos duros con mi trabajo catalogado desde hace 20 años, ordenadores, cámaras... También mi colección de vinilos con los que llevo pinchando toda la vida. Esto que me ha pasado tiene que ser la peor pesadilla para un perfil como el mío". Sin embargo, un nuevo trabajo basado en la resiliencia se vislumbra en el horizonte: "Ahora comienza la restauración de mi propia obra. Vamos a poder recuperar una parte de lo perdido y la idea de lo que queremos hacer es montar una exposición con lo mucho o poco que podamos rescatar. Con el único fin de poder vender copias de mi trabajo fotográfico para seguir recaudando fondos para la reconstrucción de la casa ya que mis padres quieren seguir quedándose allí. He barajado junto a mis compañeros hacer un evento benéfico con los artistas con los que llevo trabajando 20 años".

En las situaciones difíciles es dónde sale a relucir la verdadera capacidad del ser humano por intentar revertir los golpes a los que la vida te enfrenta. Y también dónde se ve la calidad de quien te rodea: "Dentro de esta horrible pesadilla también es bonito ver la respuesta de la gente. Quiero pensar que el hecho de que la gente se haya volcado de esta manera, significa que algo bien habré hecho en mi vida", refleja.

Javier Díaz en las labores de reconstrucción de su casa de El Bierzo

Javier Díaz en las labores de reconstrucción de su casa de El Bierzo

Para más inri, el seguro no se responsabiliza de lo sucedido ya que caducó hace poco tiempo. Por eso, con la intención de conseguir más ayuda, se ha creado una recaudación de fondos vía internet: "Intentamos recaudar los suficientes fondos para tener un empujoncito. Pero lo que pedimos en el crowdfunding no es ni una tercera parte de lo que necesitamos. Es para materiales, y poder, lo primero, atechar. Como no hay tejados, es lo que nos urge. Luego ya vendrán otras vías de recaudación".

Es inspirador también el hecho de poder crear arte y algo nuevo de la destrucción y una situación límite: "La ayuda no se limita a esto. Queremos hacer algo más, trascender un poco más con la iniciativa. La restauración de mi obra, la exposición, el evento benéfico. Dentro de esta putada, también muere un legado fotográfico de 20 años que nunca va a volver. Y lo que era mi estudio y mi refugio creativo, queremos que sea ahora de galería-museo con recuerdos de nuestra historia familiar y un homenaje a mi trayectoria profesional. Llenar de color un sitio tan siniestro ahora mismo. Ahora solo deseo salud y tiempo para conseguir todo lo que nos propongamos", remata Javier.