Puedes creerte muy guay. Ser muy antiwoke. Abanderar la bandera de la libertad de expresión y expulsar tu bilis contra los débiles y ofendiditos. Pero eres una víctima de la posmodernidad. Y no es lo mismo escuchar a El Chivi en el año 2000 que en 2023. Escuchas Necrohistoria de amor y sufres una gran incomodidad. Escuchas canciones sobre violaciones a premamás, abuelos pederastas, piruletas de regla o recepcionistas que se masturban con los pies y, claro. Una risa nerviosa recorre tu córtex. Y piensas. ¿Qué ha pasado? ¿Estoy ofendido? ¿Me estaré deconstruyendo, oh yo, macho heterosexual incorruptible? Experimentas una especie de lucha basada en contradicciones. Entre el bien y el mal. Pero ¿qué es el bien y qué es el mal? ¿Es el bien la censura? ¿El mal la libertad de expresión? ¿Qué debo pensar en esta situación? ¿Está bien reírse de todo esto? ¿Soy un ser insensible y sin empatía?
En mitad de ese debate, se erige un bofetón mental que te pone en tu sitio. El único bien es el humor. Un elemento canalizador y sanador. Todo vale en coña. Y debemos aferrarnos a un leivmotiv: descojonarnos de todo y de todos. Algo que se ve en el show en directo. El pasado jueves, en el Pez Gato del barrio de Malasaña, El Chivi ofreció una parte de su discografía antes algo más de 50 personas. Hombres y mujeres de más de 30 años que no se ofendieron en la hora y media que duró. Solo se rieron. Sin más.
José Córdoba, El Chivi, lleva más casi 25 años viviendo de la música. Dos décadas ofendiendo a reaccionarios y a progres. Haciendo humor. Sin hacer daño. Un tío normal con bastante ingenio que se toma un par de cocacolás y se fuma dos cigarros en algo más de 30 minutos de conversación con ElPlural.com.
Pregunta: ¿Quién es José Córdoba y quién es El Chivi?
Respuesta: Uno es una persona y otro un personaje creado para subirse a un escenario y cantar canciones muy bizarras. Tienen algunas cosas en común, pero José Córdoba no está loco. Soy una persona muy normal. Me gusta el cine, los videojuegos, la música… No soy ningún demente. Solo he hecho canciones que se salían de lo normal y he seguido con ello.
P: ¿Qué tal se llevan entre ellos?
R: Muy bien. Además, me lo paso muy bien haciendo y cantando canciones de El Chivi. Disfruto viendo la reacción del público. Hacer reír a la gente es de las mayores satisfacciones que puedes tener.
P: ¿Cómo nació El Chivi?
R: Con 14 años ya hacía canciones de cantautor. Luego, estudiando Derecho en la Universidad, cayó en mis manos una cinta de Juanpa y la Raja, mi maestro. Mis amigos me empezaron a decir por qué no dejaba las canciones moñas y empezaba con las de este tipo. Y en un botellón en la calle, les dije: ‘Mirad lo que he hecho’. Se partían el culo. Uno de ellos estudiaba informática, creó una página web y subimos las canciones. Era el año 98. Y fue una de las primeras cosas que se hicieron virales.
P: Eres una leyenda de Internet, Chivi.
R: Cierto. Fue el boca a boca. En vez de mandarlo por WhatsApp como ahora, la gente las mandaba por email. Y la bola se hizo cada vez más grande. Cuando estaba terminando la carrera, llegó una discográfica y me ofreció hacer un disco y una gira. Y pude dedicarme a lo que siempre quise.
P: Mucha gente piensa que eres el autor de varias canciones racistas.
R: Eso es lo más negativo que me ha tocado vivir en mi carrera. ¿Qué pasó? Al viralizarse mi música, subir una canción a mi nombre era sinónimo de que la gente se la iba a descargar. De Los Mojinos, de Juanpa, la de South Park, incluso. Y entre todas ellas, se coló la canción Negros de mierda. Y era de unos argentinos. Pero no es ni racista. Tras investigar me enteré de que era una canción ofensiva entre hinchadas de Boca y River. Y tiene jerga latina. Algo similar pasó con la canción de los rumanos. Y se me cayeron algunos conciertos por todo eso. Yo lo explicaba, pero no hacían caso. No solo es que me llamaran racista o fascista, es que me estaba afectando económicamente.
P: Tampoco existían las armas legales para combatir algo así.
R: Claro. Además, si eso le pasa a un artista importante, se hace una rueda de prensa, lo explica por televisión y queda todo aclarado. Mi única forma era explicarlo a través de las entrevistas que me hacían. Llegaron a ir cabezas rapadas a mis conciertos a pedirme que cantara esa canción. Todavía hay gente que no sé si tiene un retraso o qué, pero lo sigue haciendo. Y aunque les explique que no es mía, quieren que la cante. Qué tendrán en la cabeza. Es irónico que los únicos problemas que he tenido hayan sido por canciones que no son ni mías.
P: Llevas 25 años dedicándote a ser El Chivi y viviendo de la música.
R: Ahora mismo sí. Trabajé en banca unos años, pero es complicado que Chivi trabaje en un sitio normal. Las empresas saben quién soy y pueden pensar que estoy loco.
P: Es un éxito que solo unos pocos cantantes consiguen.
R: Es un milagro. Sin haber invertido en promoción, sin salir en televisión… Debe de ser un caso único. Y la gente sigue respondiendo. Aquí en Madrid, tengo un bolo al mes. Y hago muchos conciertos privados.
P: ¿Ah sí?
R: De todo. Despedidas de soltero, bodas, fiestas privadas, cumpleaños… Y así llevo desde que empecé.
P: Seguro que más de un famoso te ha contratado.
R: He tocado para gente muy muy famosa
P: ¿Algún político?
R: No a nivel muy conocido, pero sí.
P: Tienes canciones muy explícitas e incómodas.
R: Las primeras canciones no tenían ningún tipo de filtro. Es que jamás me pensé que podría llegar a cantar esto en directo o a dedicarme a la música. Radikal, Coños, La jota de la perra parda, son canciones sin filtro. ¿Cómo iba a pensar que iba a grabarlas en un estudio? Y ahora digo, ‘cómo pude escribir estas cosas’. Era un chaval. También hay que leer entre líneas. Fenómeno fan es súper dura, por ejemplo. En ella torturo a una fan de estas locas. Pero, en el fondo, la canción es una crítica al fanatismo. Y todos ellos derivan en cosas malas. Al final todas mis canciones tienen algo en común: solo son canciones.
P: Siempre hay alguien que se va a acabar ofendiendo.
R: Los ofendiditos. Porque escriba estas canciones, no soy ni un asesino ni un violador. Es humor. Quizás escucharlas en disco es más duro que los directos. Pero quien va a verme sabe que es todo una broma.
P: ¿Eres machista?
R: En absoluto. De hecho, queda mucho por hacer en temas de Igualdad. Pero estas canciones las escribo yo que soy un hombre. Y hablo de cosas de cuando era un chaval. Qué voy a hacer si me gustan tanto las mujeres. Cuando empecé a escribir no lo hice con la intención de ofender a nadie.
P: Tampoco pasaría tanto si tu intención es ofender.
R: Algo que si he hecho a posteriori. Soy ateo y anticlerical y lo vuelco en canciones cuya única intención es ofender. La religión es uno de los males del mundo. Y las peores cosas que han pasado en la historia han estado influidas por ella.
P: Me parece bastante interesante el hecho de cómo al principio hay un sector ultraconservador asociado a la derecha que podría sentirse ofendido con tus letras; y, a día de hoy, ese moralismo no solo recae en la derecha. También en la izquierda.
R: No puedes abrir la boca. Pero sigo sin tener ningún filtro. Y es curioso que nunca haya tenido ningún problema con ninguna asociación ni nadie que haya venido a mis conciertos.
P: ¿Alguna vez has llegado a dudar de tu propia cordura al darte cuenta lo que acabas de escribir?
R: Hay algunas canciones que son unas burradas. Pero no. Tengo facilidad para escribir. Y una canción es solo eso. Una canción. Escribo sobre cosas muy bizarras pero que existen. La necrofilia existe. La coprofilia, también. El sadomasoquismo. Pero igual a tu vecino, que es muy majo y serio, casado con hijos, luego le gusta que le peguen o que le orinen encima. Están ahí. No me invento nada.
P: ¿Tienes líneas rojas?
R: Defiendo la libertad de expresión. Tengo amigos que han tenido juicios por hacer humor. Si no te gusta algo, no lo escuches. Todo lo que esté enfocado al arte, es ficción. Y si alguien se ofende, qué vamos a hacer.
P: De lo que eres culpable es de muchas collejas dadas por madres que han pillado a sus hijos escuchándote.
R: Es cierto. Me lo ha dicho mucha gente.
P: Tus letras fueron también son de los primeros contenidos sexuales que han escuchado varias generaciones
R: Igual en cuanto algunos términos o parafilias, sí. Pero no educación sexual. Más bien todo lo contrario.
P: Ahora el acceso a contenido sexual es mucho más sencillo.
R: Cuando empecé, el mundo del porno no era accesible para todo el mundo. Era la época de los cibercafés y poco más. El porno era accesible si ibas al videoclub a alquilar o a los sex shops. Ha cambiado todo muchísimo.
P: Se culpa al porno de ser una de las causas por las que hay más violaciones en grupo, entre otras cosas. ¿Crees que podrían acusar a tu música de lo mismo? ¿De fomentar la cultura de la violación?
R: Es lo que te decía. Estoy a favor de la libertad de la expresión. Es cierto que el porno por internet es accesible a menores de edad. Es algo que hay que cambiar porque es muy complicado. Solo tienes que pulsar el botón de que tienes más de 18 años y ya está. Debería haber un control serio. Pero todo está en la persona. Por ver porno o jugar a videojuegos violentos no vas a violar a nadie ni tienes por qué ser violento. Jamás se me ocurriría salir a la calle a matar a alguien. Y sé que hay un contraste entre lo que escribo y cómo soy. Hago canciones violentas, pero soy pacífico.
P: También puede ser una especie de herramienta psicológica para canalizar ciertos sentimientos.
R: Son solo historias que no tienen nada que ver con la realidad.
P: Pero ¿no tienes miedo a que tu música pueda llevar a alguien a poner en práctica lo que escucha?
R: Las violaciones y la violencia de género es algo educacional. A pesar de mis canciones, a mí me han educado en unos valores gracias a los cuales sería incapaz de levantar la mano a una mujer o a un hombre. Opto por la comunicación ante los conflictos. Habría que educar a la sociedad en unos valores que se están perdiendo. También hay mucho loco suelto con el que no se puede hacer nada. ¿Qué vas a hacer con uno que mata a su mujer e hijos y luego se suicida?
P: ¿Crees que ahora tienes menos libertad de expresión?
R: Sí. Antes podías decir lo que pensabas y en redes sociales no puedes.
P: Al final la autocensura se ha convertido en una práctica habitual entre quienes tienen un perfil público.
R: Yo además me caliento muchísimo. Pero no vas a ganar nada.
P: ¿Qué tal se liga siendo El Chivi?
R: Llevo 16 años con mi pareja. Luego dicen que no hay cadena perpetua en España… Para su familia no fue tan fácil. Ella es ocho años menos que yo y para sus padres fue un poco shock.
P: Ya te digo yo que a tu suegro no le hizo ninguna gracia.
R: Nunca ha tenido una mala palabra conmigo y siempre se ha portado estupendamente. He tenido mucha suerte. Pero solo es conocerme para darte cuenta. Soy normal. Solo tengo el punto de locura de los cantautores.
P: ¿Te consideras un romántico?
R: Pues sí. Y he tenido mucha suerte en el amor.
P: ¿Tienes hijos?
R: No.
P: ¿En caso de tenerlos, les dejarías escuchar tus canciones siendo menores de edad?
R: Creo que sí. También habrá muchas cosas que no entenderá.
P: Le he puesto tu música a gente de 20 años de izquierdas. Y algunos la prohibirían.
R: Tanto que se queja la gente de izquierdas, yo incluido, de la censura que había en la dictadura, y quieren imponerla en la actualidad. Cuando cambiaban los diálogos a las películas y existía la figura del censor. Y quieren volver a lo mismo. Es un error. Nací en democracia, pero lo que quieren es totalitario. Es contrario a las ideas que defiendo desde que tengo uso de razón: la libertad sin que nos la coarten. Y poder decir lo que piensas y hacer lo que quieras, dentro de la ley.
P: Ley que conoces bastante bien, por cierto.
R: Tengo la consciencia del derecho, aunque nunca he ejercido. También hay muchas leyes que habría q cambiar.
P: ¿Por ejemplo?
R: Somos un país muy laxo en cuanto a penas. Y en algunos aspectos son un desfase. Un violador o un pederasta deberían estar toda la vida en la cárcel. Las leyes están enfocadas a reinsertar al delincuente y está bien en ciertos casos. Pero hay delitos que es imposible. Aunque seas menor de edad.
P: Fuiste muy duro con el PP de Aznar.
R: Soy una persona con un pensamiento de izquierdas y no me escondo, pero si veo que se está haciendo algo mal, lo critico. Si tienes unas ideas y consideras que se están haciendo las cosas mal, tienes la obligación de criticarlo. Pero parece que tienes que estar de acuerdo con todo lo que se hace. Todo está bien. Y eso es volver al totalitarismo. A la mordaza que ellos mismos quieren quitar.
P: ¿A quién le tirarías en la actualidad?
R: Al rey emérito. Es demencial y una vergüenza que no haya dado explicaciones ni pedido perdón.
P: Podría ser protagonista de tus canciones. En el documental de HBO se cuenta que mantenía relaciones sexuales con una amante en una furgoneta en un descampado junto a El Pardo.
R: Y todo el tinglado que ha montado para crear una imagen que no era la suya.
P: ¿Cuál es el perfil de tu oyente?
R: Hay mucho latinoamericano. Pero el perfil que va a mis conciertos es muy amplio. Punkis y pijos del Opus. De hecho, he hecho fiestas privadas para gente así. Y se sabían todas mis canciones
P: El Chivi es un artista transversal.
R: El humor lo es.