La gala de entrega de los Premios Malagueños del Año 2025, celebrada este año en la capital de la Costa del Sol, tuvo un protagonista claro más allá de los galardones y del programa previsto: el rapero Delaossa. El artista, distinguido en la categoría cultural, fue el más aplaudido del acto y también el que imprimió un tono más reivindicativo a la noche, al aprovechar su intervención para reflexionar sobre el crecimiento de Málaga, los cambios urbanos y la pérdida de identidad de los barrios tradicionales.
Lejos de limitarse a un agradecimiento protocolario, Delaossa centró su discurso en su origen obrero y en la necesidad de preservar lo que definió como “la Málaga de verdad”. El rapero subrayó que el desarrollo económico y turístico de la ciudad no puede hacerse a costa de expulsar a sus vecinos ni de diluir las tradiciones que han construido su identidad. “Málaga está creciendo, sí, pero no podemos dejar que ese crecimiento borre a la Málaga de verdad”, afirmó desde el escenario, ante un auditorio que respondió con aplausos prolongados.
Durante su intervención, el artista señaló directamente a la gentrificación como uno de los principales problemas que atraviesa la ciudad. Según explicó, la subida de los precios de la vivienda y la transformación acelerada de los barrios están provocando que muchas familias se vean obligadas a abandonar las zonas donde han vivido toda su vida. En ese contexto, alertó del riesgo de que Málaga acabe convertida en “un decorado”, una ciudad pensada más para el consumo que para quienes la habitan. “Málaga tiene alma, tiene raíz y tiene acento. Y eso no se negocia”, añadió.
El rapero malagueño Delaossa: "Como vengo de abajo, diré algo que me nace del pecho. La gentrificación está subiendo los precios, empujando a los vecinos de toda la vida a salir de sus casas de toda la vida. Málaga tiene alma, raíz y acento. Y eso no se negocia" pic.twitter.com/j6bzobAUPR
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) December 14, 2025
El rapero también compartió un aspecto menos visible de su trayectoria al reconocer que, pese al éxito, sigue sintiendo lo que describió como “síndrome del impostor”. Confesó que, a diferencia de los conciertos multitudinarios, los actos institucionales le generan nerviosismo. “No me pongo nervioso cuando canto delante de miles de personas, pero estoy nervioso ahora”, explicó. Para él, el premio no representaba un trofeo en términos competitivos, sino un gesto simbólico: “Para mí esto no es un trofeo, es un abrazo de mi ciudad”.
Nacido y criado en El Palo, uno de los barrios tradicionales del litoral malagueño, Delaossa ha hecho de ese origen una referencia constante en su discurso artístico. En su intervención recordó que no llegó a la música buscando reconocimientos, sino como una forma de expresión personal y de supervivencia emocional. “Tenía cosas dentro que quería soltar: mis calles me hablaban y yo solo intentaba ponerles voz”, señaló. Esa conexión con su entorno ha sido una constante a lo largo de su carrera y uno de los elementos que explican su identificación con un público amplio y diverso.
A sus 32 años, Delaossa se ha consolidado como uno de los nombres más relevantes del rap español y de la escena urbana en general. El año 2025 ha marcado su regreso a la primera línea con La Madrugá, un trabajo discográfico que ha sido recibido como una confirmación de su madurez artística. El álbum refuerza su posición como una de las voces más singulares de su generación, tanto por el contenido de sus letras como por su capacidad para moverse entre distintos registros musicales.
En una gala marcada habitualmente por el tono celebratorio, la voz de Delaossa destacó por su carácter informativo y crítico, recordando que la cultura también puede ser un espacio para el análisis y la denuncia. Su premio, más allá del reconocimiento individual, quedó así ligado a un mensaje colectivo sobre la Málaga que crece, pero que -como él mismo subrayó- no debería olvidar de dónde viene.