La historia de Hollywood ha dejado a su paso una inabarcable lista de mitos. Humphrey Boggart, Audrey Hepburn, Clark Gable, Katherine Hepburn, Marlon Brando… Pero quizás ninguno de ellos haya alcanzado la mácula de mito que James Dean tuvo, sobre todo tras su prematura muerte, de la cual se cumplen este lunes 64 años.

Un accidente de tráfico privó a un joven de Indiana coronarse como una supernova de Hollywood, cercenando una de las carreras más prolíficas de una industria en continuo apogeo. Al intérprete se le atribuyen tan sólo tres películas, aunque en IMDb le otorgan 31 títulos, a repartir entre gran pantalla, pequeña y teatro, incluyendo Broadway.

Hace 64 años, un James Dean de apenas 24, a lomos de su Porsche Spyder 550 fallecía en un accidente de tráfico, privándole de contemplar el estreno de dos de sus películas, consideradas ambas obras maestras de la historia del cine. Se estrelló con su “pequeño bastardo” en los aledaños de San Francisco.

Dean comenzó su carrera en la televisión, con un anuncio para Coca-Cola, aunque esto sólo sería un pequeño trampolín para ir escalando en el complicado mundo de la interpretación. De la pequeña pantalla pasaría a la grande, aunque en papeles de figurantes o incluso sin acreditar, como en Sailor Beware – o como se tradujo en España, ¡Vaya par de marinos! -.

‘Al este del Edén’

Dos papeles más como extra, apariciones en televisión y un paso por Broadway valieron para que Elia Kazan le colocara como Cal Trask en su inmortal Al Este del Edén. Este fue el primer gran éxito de un ambicioso joven llamado a resquebrajar lo establecido en la constelación hollywodiense.

Dean dio vida a uno de los hijos de un agricultor de lechugas que responde al nombre de Adam Task. En esta revisión de la historia bíblica de Caín y Abel, Dean comenzó a forjar su mito encarnando a un joven rebelde y problemático. Su contrapeso en la película fue Aaron Trask (Richard Davalos), trabajador incansable.

Una cinta que linda con el 8 en IMDb, la base de datos por excelencia de la industria y para la que Dean se impuso a animales de la interpretación como Paul Newman o Marlon Brando. No obstante, tras su repentina muerte, fue el primero quien heredó los papeles de James en Marcado por el odio, La gata sobre el tejado de zinc o El Zurdo.

‘Rebelde sin causa’

La segunda aparición de James Dean en la gran pantalla sirvió como confirmación de que el mundo estaba ante una estrella sin parangón. Nicholas Ray le dio el papel protagonista en su segunda película, que a la postre quedaría marcada por la impronta del propio actor.

Dean se juntó en el filme con Natalie Wood y Sal Mineo, dos actores que también perdieron la vida prematuramente. Los tres fueron el contrapeso de una película que, quizás flojeaba en la propia historia. No obstante, la carrera de coches o el retrato que Ray dibujó de toda una generación, sumada a la aparición de Dean, imprimen una pátina de inmortalidad a la cinta. De hecho, el American Film Institute le reserva el puesto 59 en su lista de 100 mejores películas de todos los tiempos.

‘Gigante’

James Dean, Elizabeth Taylor y Rock Hudson. Tres nombres que confluyeron en un filme que destaca por una perfecta irregularidad. El reparto parecía anticipar una obra sin parangón, aunque, como Rebelde sin causa, alcanzó su máximo esplendor tras el fallecimiento de su estrella.

Fue la segunda obra que el intérprete de Indiana no llegaría a contemplar, junto a Rebelde Sin Causa. Sin embargo, eso no impidió que se convirtiera en el primer actor en recibir una nominación póstuma al Óscar e incluso ser el único en la historia en aglutinar dos de esta índole.