En los límites de lo posible. Política, cultura y capitalismo afectico. Alberto Santamaría (Editorial Akal).

Alberto Santamaría, uno de los ensayistas más interesantes y brillantes de nuestro país, también poeta y narrador, entrega en En los límites de lo posible un libro indispensable para nuestro presente en cuanto a la reflexión que desarrolla sobre el “activismo cultural neoliberal”. Ahora que se habla tanto de “apropiaciones” culturales, no está de más en detenerse a reflexionar, como hace Santamaría, de la gran apropiación, aquella que el capitalismo ha llevado a cabo, con diversos cómplices, de la cultural. No obstante, no estamos ante un libro oportunista, sino ante una reflexión profunda, y con hondura que busca trazar un mapa desde los inicios, siempre sigilosos, de este capitalismo afectivo que nos rodea y del que estamos convenientemente presos. A veces sin querer reconocerlo. Santamaría hace hincapié, entre otras cosas, en el tema lingüístico, en cómo se han pervertido las palabras y los significados. No solo a nivel cultural, resulta de gran importancia como el autor señala hacia ese carácter afectivo, de subjetividades máximas y soberbias, que se maneja desde el capital con gran facilidad a partir del momento en el que se percataron de la fuerza que podía tener a nivel controlador. Así, empresas y bancos, por ejemplo, se ocupan de que todo pensamiento crítico y meramente racional quede subordinado a la explosión emocional, siempre más fácilmente moldeable, para ir configurando no solo una esfera cultural propicia para ellos, también desde su base, desde la educación. Esto es solo una parte de lo que el lector puede encontrar en este magnífico ensayo que, en un espacio cultural normal, debería trascender.
 
Vértigo, Joanna Walsh (Editorial Periférica)

Vértigo, de la británica Joanna Walsh, está compuesto por catorce relatos independientes entre sí pero cohesionados internamente no tanto por un estilo más o menos similar de unos a otros como por una voz, la de la autora y de las narradoras, tan presente como poderosa, como vehículo para conformar un territorio literario que remite a un hiperrealismo que se transforma en una mirada hacia el mundo para observar y narrar su extrañeza cotidiana, también en ciertos aspectos malsanos. En sus relatos, Walsh presenta siempre una voz en primera persona femenina que suena, en determinados momentos, a un tono confesional. Unas voces que hilvanadas crean un sentido polifónico en la sucesión de relatos para que, por momentos, se tenga la sensación de estar (casi) ante una novela fragmentada, que no tiene sentido lógico en su desarrollo argumental pero sí internamente, como si esas narradoras fueran quienes se unieran en una enorme voz narrativa que otorgasen de extraña unidad al conjunto.

Lincolin en el Bardo, George Saunders (Seix Barral)

Lincoln en el Bardo es la primera novela del escritor norteamericano George Saunders, quien hasta el momento había destacado como uno de los narradores breves más singulares y brillantes de los últimos años como habíamos podido apreciar en sus libros de relatos Guerracivilandia en ruinas, Pastoralia o Diez de diciembre, por citar los editados en castellano. En Lincoln en el Bardo, Saunders anula la voz del narrador –y casi del creador- para escribir una novela basada en múltiples voces: testimonios, extractos de supuestos libros históricos, memorias… que dan habida de cuenta de un día en particular, el 20 de febrero de 1862, cuando muere Willie, hijo del presidente Abraham Lincoln a la edad de doce años. Poco después, comenzaría la guerra civil en Estados Unidos. Saunders fabula con esa noche y, sobre todo, conforma una narración en la que los mismos hechos son narrados por diferentes voces; en ocasiones se complementan, en otras se contradicen, en cualquier caso, ninguna ofrece una visión igual del mismo hecho. Formalmente resulta radical en su concepto, aunque con ello pueda llegar a extenuar en su lectura, no por resultar complicada ni por una enorme exigencia, sino porque impone ciertos niveles de abstracción a la hora de crear una imagen conjunta de lo relatado. Porque estamos ante una novela que aparece como si de un gran puzle de citas se tratase: al final importa más por su forma y construcción que por aquello que plantea su historia, aunque el lector no deba quedarse simplemente en su superficie. Porque Saunders toma el modelo de las narraciones históricas para transformarlo y mostrar la imposibilidad de adecuarse a lo real y, en cambio, poner de relieve las grandes posibilidades que permite lo novelado, la ficción. En tiempo de ficciones múltiples y variadas, Lincoln en el Bardo se presenta como una de las más importantes obras en reivindicar el poder de la creación.

La vida en tiempo de paz, Francesco Pecoraro (Editorial Periférica)

El protagonista de La vida en tiempo de paz, del escritor italiano Francesco Pecoraro, es Ivo Brandini, un ingeniero italiano que espera en el aeropuerto de Sharm el Sheik el embarque de su vuelo para volver a Italia. Durante la espera y el vuelo, dos voces, la de un narrador y la de Brandini, se intercambian para llevar a cabo un viaje desde el presente hasta el inicio de la vida del ingeniero, su infancia. Así, Pecoraro narra un suceso por década, moviéndose entre la reflexión personal, el relato puro y duro y largos monólogos de corte filosófico y sociológico que sirven para arrojar una mirada hacia el siglo XX europeo. Brandini se está muriendo, aunque él no lo sabe, y su mirada retrospectiva hacia su vida tiene, a su vez, cierto aliento de despedida. Una despedida, no obstante, llena de confusión y necesidad de entender el presente que le rodea, aquel que observa con gran ingenio y no poca ironía. Pero también de desencanto a la hora de hablar de una generación que creyó en la revolución, en el cambio, en la gran utopía, y sin embargo acabó teniendo que vivir en los contornos de aquello que había intentado destruir (a este respecto resulta fascinante todo un capítulo que analiza la adecuación del capitalismo a las nuevas ideas, su absorción y, finalmente, su transformación). La vida en tiempo de paz mira hacia el pasado como base constitutiva de nuestro presente, de ahí es relato inverso, pero siempre atento a nuestro momento, que Pecoraro se ocupa de narrar desde lo crítico y con gran lucidez. Una novela excelente que desde la ficción nos invita a reflexionar sobre un pasado no demasiado lejano cuyos ecos podemos todavía escuchar. Y que, al final, habla en términos casi marxistas sobre la lucha que nunca cesa en la vida. Incluso a pesar de la derrota.

J.D. Salinger. Una vida oculta, Kenneth Slawenski (Galaxia Gutenberg)

La figura de J. D. Salinger (1919-2010) está a punto de generar más literatura, en número, que aquella que el escritor publicó. Sabido es que tras El guardián entre el centeno se recluyó, evitó los focos y a todo ser humano que no fuese cercano. En el fondo, bien mirado, una misantropía totalmente comprensible. Pero al hacerlo, aumentaba la mitología alrededor de su figura y de su literatura. La biografía de Kenneth Slawenski, considerado como uno de los mayores expertos en la obra y quien gestiona la web http://www.deadcaulfields.com, la cual se tiene como la mejor fuente sobre la obra y vida de Salinger, se presenta como un acercamiento muy respetuoso, casi idolátrico, hacia el escritor, lo cual no evita que arroje una mirada crítica y de cuestionamiento hacia algunas cuestiones de su vida. Una biografía que se añade a El guardián de los sueños, de Margaret A. Salinger y a Salinger, de David Shields y Shane Salerno, en cuanto a las traducidas al castellano, para ahondar en una figura, en el caso de Slawenski, desde un desarrollo muy descriptivo, detallado y relatado que se detiene en cada creación de Salinger para su contextualización y análisis, así como en la relación con la vida del escritor. La cual aborda Slawenski hasta el momento en el que Salinger desaparece de la vida pública, dejando de lado las últimas décadas, una elección muy inteligente y respetuosa y que evita caer en lo meramente anecdótico. Quizá no sea una biografía innovadora en su planteamiento, posiblemente ni tenga que serlo, pero posee una gran base documental y un magnífico rigor en su escritura. Más que recomendable no solo para aquellos quienes tengan interés en la obra de Salinger, también como ejemplo de la compleja construcción de un escritor.

La búsqueda del algoritmo. Imaginación en la era de la informática, Ed Finn (Alpha Decay)

Ed Finn parte de esta premisa: "la nueva religión de Netflix, Facebook, Googles, Apple y Bitcoin enriquece nuestra imaginación o nos convierte en sus nuevos siervos, condicionando nuestros gustos y decisiones" en La búsqueda del algoritmo, un libro que, a pesar de que algunas partes puedan ser más complicadas debido al lenguaje técnico, resulta revelador y muy actual dado que aborda desde sus inicios históricos la configuración de los famosos algoritmos de los que todos escuchamos hablar y no tenemos demasiado claro que son salvo alguna que otra idea recibida. El libro de Finn es descriptivo al respecto y plantea la existencia del algoritmo como una suerte de experimentación para ordenar nuestras vidas en todos los aspectos bajo una cierta luz utópica que, en verdad, esconde un uso manipulador por la industria cultural a la hora de hacer llegar al usuario aquello que, según los algoritmos, demandan sus gustos y preferencias. Es, sin duda alguna, un tema de gran actualidad y relevancia dado el uso inocente que hacemos de redes sociales y de la navegación por Internet. Finn expone una nueva forma cultural bajo el anhelo de una organización humana que esconde, en verdad, un intento de control –y aumento- del consumo, no solo cultural: sus efectos en temas políticos son también cada vez más evidentes. Además de la aportación de Finn a nivel técnico, su ensayo en significativo a la hora de plantearnos nuestra gestión de lo que consumismo y exponemos públicamente. A la larga, se trata de cómo nuestra privacidad ha quedado mermada por lo público, como si ambas esferas, después de tanto tiempo aparentemente separadas, hubiesen confluido bajo la dictadura de unos algoritmos que rigen todo sin que apenas los veamos ni sepamos cómo lo hacen.