La enfermedad cardíaca es la principal condición asociada con un mayor exceso de mortalidad masculina, por lo que las contribuciones más fuertes se dan en los grupos de nacimiento de 1900 a 1935. Los hombres que fuman representan alrededor del 30% del exceso de mortalidad masculina en las edades 50 a 70años para los nacidos en 1900 y 1935. El exceso de mortalidad masculina restante se explica porque subyacen rasgos de vulnerabilidad a la enfermedad cardiovascular que surgió con la reducción de las infecciones y cambios en la dieta y otros factores de estilo de vida.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por tres profesores de la Universidad del Sur de California: Hiram Beltrán-Sánchez, Ciencias de la Salud Comunitaria; Caleb E. Pinzón y Eileen M. Crimmins Centro de Gerontología.
Usando datos históricos de 1763, grupos de nacimiento 1800-1935 en 13 países desarrollados, se muestra que lo que ahora se ve como normal -gran crecimiento de la esperanza de vida femenina en la edad adulta- es un fenómeno demográfico que surgió entre las personas nacidas a finales de 1800.
La desventaja de los varones en la mortalidad infantil tuvo un aumento sorprendente los dos siglos anteriores y cayó en el siglo 20. El análisis, realizado por los expertos de la Universidad del Sur de California, de 15 países desarrollados muestra que, como la mortalidad infantil se redujo a lo largo de dos siglos, la sobremortalidad masculina se incrementó del 10% en 1751 al 30%, aproximadamente, en 1970. Cabe destacar que, desde 1970, la desventaja masculina en la mayoría de los países cayó al menor los niveles. La desventaja masculina, empeoramiento desde 1751 hasta 1970, puede ser debido a la diferencia de los cambios en la mortalidad infantil por causas específicas de sexo. La disminución de la mortalidad infantil por infecciones y el cambio de las condiciones perinatales.
La reducción en el exceso de la mortalidad infantil masculina después de 1970 puede atribuirse a la mejora de las prácticas obstétricas y atención neonatal. Los niños varones adicionales que sobrevivieron debido a las mejores condiciones eran más propensos a ser prematuros o tienen bajo peso al nacer, lo que podría tener consecuencias para su salud en la edad adulta. Este análisis proporciona evidencia de marcados cambios en la proporción de sexos de la mortalidad en una época en que las diferencias de comportamiento deben ser mínimas.