Con apenas un centenar de habitantes, el pueblo medieval de Bonilla de la Sierra ha destacado por su belleza hasta ostentar el título de uno de los 116 pueblos más bonitos de España. Conocido por sus altares rupestres y la leyenda del Pozo de Santa Bárbara, este municipio de Ávila se presenta ante los amantes de la naturaleza y la cocina tradicional como un destino perfecto, lleno de historia y prácticamente desconocido. 

Los orígenes de Bonilla de la Sierra

El origen de Bonilla de la Sierra se remonta a tiempos prehistóricos, donde recientes hallazgos han desvelado la existencia de dos altares rupestres en el cerro del municipio. Datados entre el 5000 y el 1000 antes de Cristo evidencian las culturas neolíticas y de la Edad del Bronce que se desarrollaron en esta región​​.

Durante la Edad Media, se convirtió en una villa de gran importancia para el obispado de Ávila, fortificada entre 1312 y 1348. El castillo de la localidad sirvió de residencia a la monarquía castellana en momentos de gran tensión política, destacando la estancia de Juan II en 1440​​.

A lo largo de los siglos, la historia de Bonilla de la Sierra ha estado vinculada al obispado de Ávila, siendo residencia ocasional de varios obispos destacados como Alonso de Madrigal, "El Tostado", quien murió en la villa en 1455 y fue enterrado en la catedral de Ávila​​​​.

La importancia de la villa no solo radica en su papel dentro de la Iglesia, sino también en su contribución a la administración eclesial y la trashumancia ganadera desde tiempos vetones, contando con una relevante actividad artesanal impulsada por minorías étnicas como moros y judíos en la Edad Media​​.

Altar de culto y sacrificios

A unos 1.5 kilómetros del centro del pueblo, en un área conocida como "El Mortero", se halla un interesante altar rupestre situado en una colina que ofrece vistas panorámicas al Valle del Corneja. Se cree que este lugar, cuyo origen data entre el final del Neolítico y la etapa inicial o media de la Edad del Bronce, pudo haber sido escenario de antiguos rituales, incluidos sacrificios, para rendir culto a los astros. 

Altar rupestre encontrado en Bonilla de la Sierra en Ávila. bonilladelasierra.com

Altar rupestre encontrado en Bonilla de la Sierra en Ávila. bonilladelasierra.com

El acceso al altar se realiza a través de una serie de 15 escalones tallados superficialmente en la roca, que conducen a la cima. En esta cima, es posible observar una cazoleta y varios canales que se utilizaban durante los sacrificios para que la sangre fuera derramándose hacia el exterior. A unos 110 metros de distancia, se encuentra otra formación rocosa que también podría haber tenido un carácter sagrado.

Este sitio, que ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC), está localizado cerca del antiguo convento de San Matías, que en el siglo XVI albergó a la orden de los Franciscanos Menores Descalzos y del cual hoy día se conservan escasas evidencias.

¿Qué ver en Bonilla de la Sierra?

Al llegar a Bonilla de la Sierra, lo primero que llamará tu atención es la impresionante muralla medieval. Una fortificación de aproximadamente un kilómetro de diámetro con cuatro puertas, de las cuales tan solo queda la Puerta de Piedrahíta, que rodeaba el casco antiguo del pueblo y que tuvo gran importancia defensiva en la Edad Media.

Continuando el recorrido, la Iglesia Colegiata de San Martín de Tours emerge como un ejemplo de devoción y arte gótico del siglo XV. Su impresionante campanario y la elegancia de su fachada son solo el preludio de las maravillas artísticas que resguarda en su interior, pues alberga hermosas obras de arte sacro y un retablo mayor que merece ser visitado.

Iglesia Colegiata de San Martín de Tours en Bonilla de la Sierra, Ávila.

Iglesia Colegiata de San Martín de Tours en Bonilla de la Sierra, Ávila.

Por otra parte, el corazón de Bonilla de la Sierra es su Plaza Mayor, rodeada de edificaciones tradicionales de piedra, como puede ser el Ayuntamiento del pueblo. Aquí, bajo los soportales, entre escudos nobiliarios y fachadas que resisten el paso del tiempo, se teje el día a día de sus habitantes​​​​.

Una parada obligatoria es el Castillo de Bonilla de la Sierra, una construcción que se remonta al siglo XII, aunque las reformas más significativas se llevaron a cabo en los siglos XIV y XVI. Este castillo ha sido parte fundamental de la historia de la iglesia en Ávila, sirviendo como residencia de verano para sus obispos hasta el siglo XIX, cuando la Desamortización lo desvinculó del obispado. Hoy en día, el castillo es propiedad privada y se encuentra en proceso de restauración, pero puede observarse desde fuera.

Castillo de Bonilla de la Sierra ubicado en la provincia de Ávila.

Castillo de Bonilla de la Sierra ubicado en la provincia de Ávila.

Para terminar nuestro recorrido hace falta desplazarse a las afueras del pueblo, donde se encuentra un antiguo puente medieval de piedra cruza el río Corneja. Conocido como el Puente de Chuy, fue construido en 1411 y se sitúa en un entorno natural de gran belleza. Precisamente a través de este hermoso paraje se puede llevar a cabo la Ruta de los Pilones, perfecta para que los amantes de la naturaleza puedan sumergirse en el esplendor del paisaje abulense, con sus montañas, arroyos y formaciones rocosas que narran una historia geológica milenaria​​.

Turismo nocturno: el pueblo bajo las estrellas

La magia del turismo nocturno cobra vida en Bonilla bajo el resplandor de la luna llena, ofreciendo a sus visitantes la oportunidad única de maravillarse con un cielo densamente estrellado, una vista imposible desde las grandes ciudades habitualmente contaminadas por la luz artificial. 

Las noches en este encantador pueblo medieval están guiadas por el brillo de la luna, que ilumina los rincones más emblemáticos y guía a los visitantes en un viaje imaginario a través del tiempo, especialmente cuando se camina por el área conocida como "traspalacio", evocando cómo sería la vida cuando el castillo-palacio era habitado por obispos. Asimismo, el carácter único de la Colegiata de San Martín, con su impresionante iluminación nocturna, se revela imponente desde la plaza medieval, dejando sin palabras a los visitantes. 

El misterio del Pozo de Santa Bárbara

Uno de los atractivos más fascinantes para los turistas es sin duda el Pozo de Santa Bárbara, una obra singular de ingeniería hidráulica posiblemente medieval​​. Se cree que fue erigido en algún momento entre los siglos XII y XIII, con el propósito principal de suministrar agua a los habitantes de la zona.

Este pozo se caracteriza por tener dos entradas: una de ellas, ubicada en uno de los lados del pozo, presenta una escalinata que, según la historia que la envuelve, tiene tantos peldaños como palabras el Credo. A través de ella se puede descender hasta alcanzar el agua. La otra entrada, situada en la parte superior del pozo, funcionaba como receptáculo para captar el agua de lluvia.

Además, un misterio fluye en el Pozo de Santa Bárbara, cuyas aguas, según cuentan, fueron testigo de las visitas nocturnas de una mora que buscaba la luz de la luna para peinar su cabello. Actualmente, la leyenda asegura que la mora habita este aljibe medieval y que emerge de sus aguas cada noche.

Gastronomía con sabor auténtico

No menos importante es la gastronomía local, que invita a degustar los sabores de Ávila a través de platos tradicionales preparados con los productos más frescos de la región. Uno de los pilares de la cocina local de Bonilla de la Sierra es el excelente ganado de la zona, que proporciona materias primas de primera calidad, dotando a su gastronomía de un sabor auténtico.

Entre los platos más emblemáticos que se pueden degustar en Bonilla de la Sierra se encuentran el cochinillo asado, un clásico de la gastronomía castellana que seduce por su piel crujiente y su carne tierna y jugosa; y el chuletón de Ávila, obtenido de la raza avileña-negra, famoso por su terneza y su intenso sabor.

Las patatas revolconas, un plato humilde pero lleno de sabor, elaborado con patatas, pimentón y torreznos, es otra de las especialidades que no puedes dejar de probar. Esta receta, originaria de los pueblos rurales de la región, es muy demandada tanto en restaurantes como en bares, donde a menudo se sirve como tapa​​.

Para el postre, las yemas de Santa Teresa son la guinda del pastel de la experiencia gastronómica en Bonilla de la Sierra. Este postre tradicional, elaborado con yemas de huevo y azúcar, es una muestra de la rica repostería conventual de Ávila, conocida en toda España​​.

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