Aceite de Mallorca, Queso de Mahón-Menorca, Aceituna de Mallorca, Pimentón de Mallorca y Miel de Ibiza son algunas de las denominaciones de origen de productos de las Islas Baleares, a las que se suman las de sus vinos (Binissalem, Pla i Llevant y Vinos de la Tierra) y las Indicaciones Geográficas Protegidas (Sobrassada de Mallorca, Ensaimada de Mallorca, Almendra de Mallorca) y Aceite de Ibiza. La gastronomía balear integra productos de gran calidad que convierten las Islas Baleares en un destino turístico único, que va mucho más allá de su oferta de sol y playa. La apuesta por el producto local y de kilómetro cero es, además, una de las claves de la nueva Ley Turística (Decreto Ley 3/2022 de medidas urgentes para la sostenibilidad y circularidad del turismo), aprobada hace un año por el Gobierno de Francina Armengol, y que aspira a convertir las Islas en el primer destino circular del mundo.

La presidenta balear ha reafirmado esta semana en la Feria del Turismo de Berlín su compromiso con la transformación del sector, que pasa por la lucha contra el turismo de excesos, las inversiones en circularidad, la reducción de emisiones y el fomento de un turismo centrado en disfrutar de la cultura, el patrimonio natural y la gastronomía de las Islas. Aunque todos los datos apuntan a que este año se batirá el récord de ingresos por segundo año consecutivo, el Gobierno tiene la vista puesta en el crecimiento sostenible y apuesta por un turismo de calidad repartido en temporadas más largas, un objetivo que comparten con el entramado empresarial de las Islas.

La nueva normativa turística es transversal y afecta a todos los sectores, incluido el de la alimentación. Minimizar el desperdicio alimentario, utilizar productos locales y de temporada y priorizar la producción biológica sostenible son algunas de las medidas que recoge el plan de circularidad para los establecimientos turísticos de las Islas Baleares, unas medidas que contribuyen, entre otras cosas, a la reducción de la huella de carbono, eliminando o minimizando el transporte.

La cultura gastronómica de las Islas Baleares es rica, sabrosa, variada y, ahora suma la garantía de la sostenibilidad

Esta apuesta por los productos de la tierra da un impulso definitivo a la gastronomía local, consolidando a Baleares como un destino imprescindible para los foodies de todo el mundo, con 13 estrellas Michelin y 40 soles Repsol (1 con tres, 9 con dos y 30 con un sol). La cultura gastronómica de las Islas Baleares es rica, sabrosa, variada y, ahora suma la garantía de la sostenibilidad. El visitante puede disfrutar de una caldereta de langosta o unas gambas de Sóller (Andratx, Mallorca), con la certeza de que se trata de un producto de lonja, capturado de forma sostenible y que no pertenece a ninguna especie amenazada.

El bullit de peix es un caldero marinero tradicional de Ibiza elaborado con pescado de roca

Platos y productos tradicionales

Entre los manjares más emblemáticos de Baleares está el Bullit de peix, un guiso marinero tradicional de Ibiza preparado con pescado de roca y acompañado de patatas y arroz a banda. La sobrasada mallorquina, elaborada con carne de cerdo condimentada con sal, pimentón y otras especias, y cuya primera referencia o el queso de Mahón, elaborado a con leche de vaca cuajada a baja temperatura y salado por inmersión, un producto muy valorado ya desde los romanos. La receta para la elaboración de este queso se ha ido transmitiendo de padres a hijos desde tiempos ancestrales. Aunque son muchas las queserías que emplean leche pasteurizada, todavía queseros debidamente autorizados que lo elaboran con leche cruda, filtrada previamente. Si viajas hasta Formentera no te puedes perder su oro blanco, una sal líquida que se produce sólo allí y que constituye un preciado tesoro gastronómico. Es muy baja en sodio y cloro y su particularidad es que es la única sal del mercado español con yodo marino sin ningún tipo de aditivos en su proceso de producción. El producto se esteriliza a 20 grados bajo cero antes de ser envasado.

El enoturismo permite al visitante conocer las bodegas y recorrer maravillosos viñedos

Tierra de viñas y olivos

Baleares es también tierra de viñedos y olivos. Sus vinos y aceites eran ya muy apreciados en tiempos de los romanos. El enoturismo y el oleoturismo permiten al visitante disfrutar y conocer los sabores mediterráneos en cualquier época del año. En primavera se puede disfrutar viendo brotar las viñas y el color verde de los viñedos. En verano es una ocasión fantástica para ver madurar la uva y vivir la vendimia. El otoño ofrece la oportunidad de ver el espectáculo de colores que ofrecen las cepas al caer la hoja y degustar los vinos jóvenes de la añada. El invierno es fantástico para visitar las bodegas, donde reposan y envejecen los vinos.

Otra opción para descubrir la riqueza de los productos locales es recorre los mercados y ferias tradicionales que se dan cita en localidades como Alcudia, Pollença o Maó, entre otras. Recorrer los puestos es una oportunidad única para disfrutar y comprar los exquisitos productos tradicionales de las islas. Su oferta va más allá de lo gastronómico y puedes encontrar artesanía local muy apreciada, calzado, ropa o flores.