Cuando pensamos en un museo, casi siempre lo imaginamos como un lugar silencioso y solemne, protagonizado por un estilo tan elegante como deslumbrante, cuadros bien alineados y visitantes que caminan despacio por sus largos pasillos para no perderse ningún detalle. Sin embargo, los primeros museos modernos tenían un espíritu muy distinto, nacidos de los gabinetes de curiosidades del siglo XVI, unos espacios donde se mostraban no solo objetos valiosos, sino también rarezas sorprendentes como huesos de animales desconocidos, la enigmática “sangre de dragón”, piedras extrañas o artefactos que nadie sabía explicar.

En honor a ese espíritu curioso y algo excéntrico, hoy te llevamos de viaje por algunos de los museos más raros, insólitos y sorprendentes de España. Lugares que existen gracias a la pasión de coleccionistas, artistas o instituciones que decidieron que lo que ellos tenían también merecía un museo.

1. Museo del Origami (Zaragoza)

En Zaragoza se esconde un museo único donde el protagonista es el papel. La ciudad aragonesa alberga el único museo de Europa dedicado exclusivamente al origami, y uno de los más importantes del mundo. El EMOZ (Espacio de Origami de Zaragoza) está ubicado en el Centro de Historias de la ciudad y es una auténtica joya para grandes y pequeños.

En sus salas verás figuras colosales hechas con pliegues casi imposibles y pequeñas maravillas de precisión milimétrica. Desde 1944 existe en Zaragoza una tertulia de plegadores, lo que demuestra que aquí lo de la papiroflexia no es una moda, sino casi una institución. Un lugar delicado, poético y sorprendente, donde el papel cobra vida.

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Escuela Museo Origami de Zaragoza (EMOZ). Turismo de Aragón

2. Museo de la Tortura (Santillana del Mar, Cantabria)

Este museo no es apto para espíritus sensibles, pero sí para quienes creen que la historia hay que conocerla con los ojos bien abiertos. En pleno centro de Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos de España, se esconde una de sus caras más oscuras: una colección de instrumentos de tortura y ejecución utilizados entre los siglos XV y XIX.

Cepos, garrotes, cinturones de castidad, potros y todo tipo de aparatos diseñados para castigar o humillar están repartidos en varias secciones. Una visita dura pero necesaria, que nos recuerda lo que puede llegar a hacer el ser humano en nombre de la ley o el poder.

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Museo de la Tortura (Cantabria). EP

3. Museo de Esculturas Eróticas del Bosc de Can Ginebreda (Porqueres, Girona)

El erotismo tiene muchas formas de expresarse, y una de las más originales está en medio de un bosque. En Porqueres, un pueblo cerca de Banyoles (Girona), el escultor Xicu Cabanyes lleva más de 50 años esculpiendo un universo propio en piedra, y lo ha plantado en el corazón del bosque.

El resultado es el Bosc de Can Ginebreda, una ruta de más de 150 esculturas de gran tamaño, muchas de ellas con fuerte carga erótica, otras satíricas o surrealistas, pero todas interaccionando con el paisaje. No hay cartelas ni indicaciones, solo tú, la naturaleza y las formas sugerentes que surgen entre los árboles. Un museo al aire libre donde el arte se respira sin paredes ni normas.

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Bosque de Esculturas de Can Ginebreda. Girona Cases Rurals

4. Museo Atlántico (Lanzarote)

Aquí nos detenemos en lo que puede ser uno de los destinos más interesante de toda Europa: un museo que se encuentra bajo el mar y que, aun así, se puede visitar. En la costa sur de Lanzarote, cerca de Playa Blanca, se encuentra el Museo Atlántico, una instalación submarina del artista británico Jason deCaires Taylor, pionero en escultura marina.

Buceando o haciendo snorkel, puedes contemplar unas 300 esculturas humanas a tamaño real, distribuidas en un fondo marino de 2.500 metros cuadrados. Además de impactar visualmente, estas obras están diseñadas para convertirse en arrecifes artificiales, favoreciendo el crecimiento de la vida marina. Arte, ecología y experiencia única en un solo lugar. 

El Museo Atlántico (Lanzarote). CABILDO DE LANZAROTE / EP
El Museo Atlántico (Lanzarote). CABILDO DE LANZAROTE / EP

5. Museo de Miniaturas del Profesor Max (Brihuega, Guadalajara)

En Brihuega, famoso por sus campos de lavanda, se encuentra uno de los museos más diminutos. El Museo de Miniaturas del Profesor Max es el fruto de una vida entera dedicada a coleccionar las figuras más pequeñas que pueden existir, pero que aun así no paran de contar historias.

El ilusionista Juan Elegido Millán, alias Profesor Max, logró reunir más de 65.000 piezas en miniatura: casas de muñecas, muebles, zapatos, esculturas e historias que conocemos de sobra. Por ejemplo, no te puedes perder La última cena pintada en un grano de arroz o las siete maravillas del mundo recreadas en una lenteja, donde todo se observa con lupa y con una sonrisa. Porque la grandeza, a veces, cabe en un alfiler.

Museo de Carrozas Fúnebres (Barcelona)

Y por último, guardábamos una sorpresa para el final: la Colección de Carrozas Fúnebres de Barcelona, situada en el Cementerio de Montjuïc. Este espacio es único en Europa, donde se exponen 13 carrozas fúnebres y 6 carruajes de acompañamiento, todos originales y perfectamente restaurados.

Su pieza estrella es la Grand Doumont, fabricada en París en el siglo XVIII por la casa Cellini y utilizada en entierros históricos como el del torero Joselito en 1920, en Sevilla. El museo, abierto al público desde 2013, nació gracias a la iniciativa de Cristóbal Torra, gerente del Servicio Municipal de Pompas Fúnebres en 1970. Una colección que emociona, impresiona y, desde luego, rompe todos los tópicos de lo que puede ser un museo.

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Museo de Carrozas Fúnebres (Barcelona). Ayuntamiento de Barcelona

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