Una de las riquezas que guarda la geografía española la constituyen los Parques Nacionales. Nuestro país tiene, nada más y nada menos, que 16 espacios calificados como tal, de muy variada naturaleza y características muy concretas. Os mostramos algunos de ellos.

Parque Nacional de los Picos de Europa

En ElPlural.com hemos dedicado varios artículos a los Picos de Europa, y es que toda la zona que los rodea es increíble y de obligada visita, al menos una vez en la vida. El Parque Nacional de los Picos de Europa abarca desde los valles más verdes hasta los ríos más caudalosos, pasando por distintos paisajes de montaña.

La zona engloba Asturias, Cantabria y León. Por ello, su situación permite visitar algunas de las áreas naturales más emblemáticas de estas comunidades, como los Lagos de Covadonga

Asimismo, este Parque Nacional es uno de los mejores lugares para conocer la ganadería y la vegetación del norte de la Península. En él los animales como las vacas pastan a sus anchas bajo un telón de montañas que parece de película.

Parques de Europa

Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

Si este años te quedas en Madrid o acudes a la capital de vacaciones, no puedes perder la oportunidad de visitar el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. En la zona apreciarás un sinfín de plantas tales como pinos y matorrales, pero es que, además,Guadarrama es ideal para hacer turismo. En ella se encuentran edificios tan emblemáticos como el Monasterio de El Escorial o el Castillo de Manzanares. Su visita, además, no te llevará más que un día o, a lo sumo, un fin de semana.

Parque Nacional Sierra de Guadarrama

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Se trata del segundo Parque Nacional más antiguo de España. El paisaje está formado por tres ríos: el Ara, el Arazas y el Bellós. Todos ellos vestidos por un paisaje de roca caliza digno de fotografiar. 

Aunque si algo destaca en esta zona de Huesca es la montaña de las Tres Sorores, la de roca maciza más alta de Europa y la Cola de Caballo. Esta segunda está situada en el valle de Ordesa, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Se trata de una cascada de 54 metros situada a casi 2.000 de altura

Si acudes hasta allí en verano solo hay dos formas de llegar. La primera es a pie -ideal para los amantes de las rutas- y la otra es a partir de un autobús lanzadera que sale desde Torla, un pueblo de las inmediaciones del valle. Tampoco está de más hacer una parada en él y disfrutar de sus casas con enormes portones, sus chimeneas espanta brujas o sus tejados de pizarra.

Parque Nacional de Ordesa

Parque Nacional del Timanfaya

¿Te suenan los géiseres, esa especie de pequeñas fuentes termales que se ven en algunos documentales o, incluso, películas de Disney? Pues en el Parque Nacional de Timanfaya encontrarás varios de estos e infinidad de líquenes. Muchos comparan este paisaje de la isla de Lanzarote con un pequeño Marte. 

Pero no todo iban a ser volcanes y 'planetas' en este Parque Nacional. Aquí también podrás disfrutar de la tranquilidad en el Valle de la Tranquilidad -valga la redundancia- y de playas como la de la Pardela.

Parque Nacional de Timanfaya

Parque Nacional de Doñana

Hablamos nada menos que de la mayor reserva ecológica de Europa, un refugio sin igual para los animales y los amantes de estos. Águilas imperiales, linces ibéricos, ciervos, gamos, jabalíes, nutrias, conejos y un largo etcétera viven en las más de 120.000 hectáreas que abarca este Parque de Sevilla, Huelva y Cádiz.

Parque Nacional de Doñana

Parque Nacional de Monfragüe

Declarado Parque Nacional en el año 2007, se trata de uno de los espacios más especiales de Cáceres. También en él abundan los mamíferos como el gato montés, las aves como el buitre negro, el águila imperial o el búho real. Uno de los bosques mediterráneos mejor conservados del mundo y enormes dehesas culminan en el paraje del Salto del Gitano, desde el que cada año centenares de personas se fotografian para inmortalizar el momento y el paisaje.

Parque Nacional de Monfragüe