El turismo es uno de los principales motores económicos del país y uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus. El cierre de fronteras irá más allá del desconfinamiento y el turismo interior será no solo la única baza este verano, sino un salvavidas para los negocios locales ante la fa ausencia de visitas extranjeras. Pero esta situación puede ser una oportunidad para acercarse a los grandes monumentos españoles, los más visitados del país, que tendrán un poco más de tranquilidad este verano y nos permitirán disfrutarlos con más sosiego y menos tumultos.
Estos son los 10 monumentos que recomienda la web de Turismo de España en función de su majestuosidad y de la afluencia que siempre les coloca en el ranking de los más visitados.
La Alhambra de Granada
El monumento más visitado de España es un conjunto palaciego árabe del siglo XIV donde las alamedas y las fuentes dan una sensación de frescura y un respiro frente al calor que suele bañar Granada. Centro político y aristocrático del occidente musulmán, en su interior acoge asombrosos patios y edificios nazaríes, entre los que destaca su Alcazaba y la torre de la Vela.
La Sagrada Familia de Barcelona
Uno de los lugares con más turistas de España, y la mayor atracción de Barcelona, este verano se verá más vacía. La obra que Antonio Gaudí heredó de Francisco de Paula fue su obsesión hasta su fallecimiento y a día de hoy continúan sus obras, pero su belleza es patente.
La Mezquita de Córdoba
La Mezquita de Córdoba es un retrato del arte en España a lo largo de nueve siglos, en la que se superponen los estilos arquitectónicos de la Península. Mandada construir por el emir Abderramán I en el año 785 sobre una antigua iglesias visigoda, fue ampliada y reformada durante los siglos de dominio musulmán en España hasta convertir su interior en un laberinto de bellas columnas. Tras la reconquista, en 1523, se construyó en su interior la catedral de Córdoba, en la que destaca un espectacular retablo barroco.
Catedral de Santiago de Compostela
Su condición de parada final de los peregrinos del Camino de Santiago ya la convierte en un emblema, pero su majestuosidad y su condición de catedral románica también la elevan a nivel artístico. El inicio de su construcción se remonta al año 1075 en tiempos de Alfonso VI. Pero, a lo largo de sus ampliaciones ha aunado el románico, el gótico, el barroco, el plateresco y el neoclásico.
Catedral de Burgos
Emblema del gótico español, aunque también mezcla estilo por haber sido construida entre 1221 y 1765, la de Burgos es la única catedral española que, en sí misma, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su icónica figura está formada por la Puerta del Perdón, con un rosetón estrellado y una galería con estatuas de los reyes de Castilla, y por sus dos imponentes torres de 84 metros de altura. En su interior están los restos de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, y su esposa, Doña Jimena.
Alcázar de Segovia
Construido sobre una roca en el siglo XII, donde se encuentran los ríos Eresma y Clamores, el Alcazar de Segovia tenía un origen militar, derivó al gótico en el siglo XII, con una silueta digna de castillo de cuento. Una identidad que refuerzan sus numerosos pasadizos secretos que bajan hasta el río y conectan con los palacios de Segovia.
Catedral de Mallorca
Esta joya gótica que mira al mar empezó a construirse en el reinado de Jaime II sobre las murallas de la ciudad de Palma de Mallorca. Uno de sus principales atractivos es la puerta del Mirador, cargada con motivos geométricos y vegetales. También los trabajos realizados por Gaudí en el siglo XX. En su torre tiene nueve campanas, entre las que destaca la llamada N’Eloi, que mi de 2 metros y pesa 4.517.
Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza
Construida entre los siglos XVII y XVIII, la Basílica del Pilar de Zaragoza es un emblema del barroco. En su interior está la Santa Capilla de Ventura Rodríguez que tiene la imagen de la Virgen del Pilar, el Retablo Mayor de alabastro y un espectacular coro renacentista. También los frescos de Francisco de Goya en el coreto y en la cúpula.
Teatro Romano de Mérida
Con capacidad para 3.000 asistentes, el Teatro romano de Mérida sigue siendo usado a día de hoy para representar obras clásicas. El lugar de su construcción es otra muestra del ingenio romano, puesto que la utilización del cerro de San Albín conseguía favorecer la acústica del público. La orden de su construcción partió del general Agripa en el año 16 antes de Cristo. Tiene tres puertas de entrada y un podio de más de dos metros y medio de altura.
La Giralda de Sevilla
La emblemática torre de Sevilla fue durante siglos la más alta de España y una de las más imponentes de Europa. Con sus 104 metros supera en altura al Big Ben de Londres y a la torre de PIsa, por poner unos ejemplos. Desde hace cinco años está a la sombre de la Torre Sevilla, el rascacielos que fuese el emblema de Cajasol antes de su disolución, pero su belleza es incomparable. Se trata del antiguo alminar de la mezquita árabe y a su campanario se puede subir por un sistema de rampas, en lugar de escaleras, para facilitar en tiempos la subida a caballo del encargado de llamar al rezo. Arriba se disfrutan las mejores vistas de Sevilla y del patio de los naranjos.
