El miedo es una emoción universal que puede ser provocada por una serie de cosas: oscuridad, arañas, fantasmas o, en el caso que nos ocupa, el temido "viernes 13". Esta fecha en particular ha sido durante mucho tiempo un sinónimo de superstición, infortunio y temor para muchas personas en todo el mundo. Pero, ¿cuál es la historia detrás de esta superstición? ¿Por qué el mero hecho de que un viernes caiga en el día 13 puede hacer que tantos se sientan incómodos?

Curiosidades sobre la superstición del viernes 13

El temor al viernes 13 es conocido como "paraskevidekatriafobia", un término bastante largo para describir la superstición que envuelve este día. Aquí hay algunas curiosidades que arrojan luz sobre esta creencia arraigada:

  • La Última cena: Uno de los orígenes más famosos de la superstición del viernes 13 se encuentra en la Última Cena de Jesús. Se dice que hubo 13 personas presentes en la mesa durante la cena, y que Jesús fue crucificado al día siguiente, un viernes. Esto ha llevado a la creencia de que el viernes 13 es un día de mala suerte.
  • La evolución de una creencia: A lo largo de la historia, esta superstición ha evolucionado y se ha integrado en la cultura popular. Se ha convertido en un tema recurrente en películas de terror, libros y series de televisión, lo que ha contribuido a mantener viva la creencia en la mala suerte del viernes 13.
  • Efectos en la vida cotidiana: La superstición del viernes 13 ha tenido un impacto en la vida cotidiana. Algunas personas evitan viajar en avión o tomar decisiones importantes en este día, y en algunos edificios, los ascensores omiten el piso 13. En algunos casos, los hoteles evitan tener una habitación número 13.
  • Un día de buena suerte para algunos: Es importante destacar que, aunque el viernes 13 es considerado de mala suerte por muchos, hay quienes lo ven como un día de buena suerte. Algunas personas creen que el 13 es su número de la suerte y celebran el día con alegría.

A pesar de las creencias y supersticiones que rodean al viernes 13, la realidad es que la fecha en sí misma no tiene ningún poder real. Sin embargo, la mente humana a menudo es propensa a encontrar patrones y significados en eventos aleatorios, lo que ha llevado a la persistencia de esta superstición a lo largo de los siglos. El viernes 13, como muchas supersticiones, es un recordatorio de cómo nuestras creencias pueden influir en nuestras acciones y percepciones, y cómo la cultura popular y la historia pueden dar forma a nuestras vidas de maneras inesperadas.

Otros días que también dan mala suerte

La superstición no se limita al viernes 13, que es más propio de la cultura anglosajona. En cambio, en España es más común creer que el día de la mala suerte son los martes y 13 (de hecho, hay un refrán que dice que “en martes y 13, ni te cases ni te embarques). Así, la creencia de que el martes sea de la mala suerte deriva de Marte, el dios romano de la guerra, probablemente porque las contiendas traen desgracias. Pero la mala suerte no se limita solo a los martes, también encontramos las siguientes supersticiones populares:

Entre las muchas supersticiones populares, otras incluyen:

  • Los gatos negros: Se cree que el color negro está asociado con la muerte, lo que lleva a la creencia de que un encuentro con un gato negro traerá mala suerte. Sin embargo, existe una contradicción en la creencia, ya que algunos también consideran que un gato negro que se acerca a ti puede traer buena suerte.
  • Derramar sal: Derramar sal se considera de mala suerte, y para evitarla, se recomienda arrojar un pellizco de sal derramada por encima del hombro izquierdo. La sal se relaciona con la conservación de alimentos y la durabilidad, lo que ha llevado a esta superstición.
  • Pasar por debajo de una escalera: El origen de esta superstición es diverso, pero una teoría se relaciona con la tradición cristiana. Al formar una escalera un triángulo apoyado en la pared, que simboliza la Trinidad, atravesarla se consideraba profanar este símbolo.
  • Vestir de amarillo: En el ámbito teatral, vestir de amarillo se considera de mala suerte, ya que se relaciona con la enfermedad de Molière mientras interpretaba un papel en su obra "El enfermo imaginario." La superstición se ha arraigado en el mundo del teatro, donde se evita el amarillo en el escenario.