El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido durante esta semana una intensa ronda de contactos con los diferentes socios del Gobierno en el Congreso de los Diputados, con el objetivo de apaciguar las aguas con las formaciones parlamentarias tras el escándalo del ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
El dirigente socialista ha mantenido reuniones con Sumar, EH Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Junts, el PNV y Coalición Canaria, mientras que Podemos y el BNG se negaron a hablar con él para evitar "blanquear al PSOE" y los recientes sucesos que han ocasionado su crisis interna. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desveló que Santos Cerdán estaría presuntamente implicado de pleno en el 'caso Koldo', habiendo actuado como enlace para conseguir contratos públicos a cambio de comisiones. La acción del PSOE para sacarle de sus cargos y del partido fue rápida, pero todas las formaciones han coincidido en que no es suficiente y que han de tomarse mayores medidas para evitar la proliferación de la corrupción.
El primer contacto de la semana vino con el socio principal de Gobierno, Sumar, representado en la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Fue ella la que le rogó a Sánchez un compromiso principal que el presidente del Gobierno le ha trasladado a todas las demás formaciones: "Luchar contra las empresas corruptoras. (...) Basta ya de cinismo. La legislatura debe ser limpia. Para hacer que este gobierno merezca la pena, hemos planteado la garantía de que el caso que hemos conocido en estos días no se extienda al conjunto del PSOE. La segunda, la limpieza absoluta y rincones del poder que se hayan visto implicados", señaló Díaz.
"Hay que legislar para que ninguna empresa que haya participado en actividades corruptas jamás pueda tener un contrato con una empresa pública de nuestro país. El impulso de la agenda social y el cese de los bloqueos por parte del PSOE a las medidas del 23 de julio han sido ratificados con una firma. Con carácter inmediato, hay que dar un giro a lo social, empezando por la vivienda y los servicios remunerados", ahondó la titular de Trabajo.
"Que no aparezca un P. Sánchez en los papeles"
Uno de los más contundentes con el presidente del Gobierno fue el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Durante la sesión plenaria del miércoles, el dirigente republicano le preguntaba escuetamente al presidente: "¿Qué piensa hacer frente a lo que está pasando?". El jefe del Ejecutivo recogió el guante y aseguró que él, a diferencia de Mazón, ni tiene sobremesas ni desconecta el móvil. "Yo actúo cuando hay un caso de corrupción y se debe defender la acción de este Gobierno. Nos eligieron para muchas cosas y en una no he dado la talla. Seguiremos defendiendo nuestra hoja de ruta, pero estoy abierto a escuchar aportaciones de otros grupos para recuperar la confianza perdida", contestó Sánchez, en unas palabras que, a pesar del reconocimiento del error, no fueron del agrado del independentista, que volvió a elevar el tono pidiéndole que jurara que "no aparecerá un P. Sánchez en unos papeles". "Persónese en la causa, ponga multas millonarias y que esta gente no se siente en estos asientos, elimine aforamientos", pidió.
Tras la reunión entre el jefe del Ejecutivo y el independentista, Rufián atendió a los medios y se reiteró en sus ideas: "Llorar está muy bien, lamentarse está muy bien, pero vamos a hacer algo al respecto y a hacer leyes que valgan la pena, que para eso es para lo que tiene que estar la izquierda".
"No hay sentencia firme y el PSOE ha asumido su responsabilidad y ha actuado con contundencia en algo duro en lo políticos y en lo personal. La izquierda no roba, no es corrupta. Mi partido está limpio. No hay un solo indicio que mire a la financiación irregular en el PSOE. De las cosas que más me duele es que este Gobierno es el que más ha hecho para reforzar la rendición de cuentas y la transparencia", respondió Sánchez de su parte.
No aprovechar la situación para "mercadear"
De su lado, el PNV fue el partido que afrontó el contacto con Sánchez con más distancia y moderación. Los jeltzales, representados por su portavoz, Maribel Vaquero, se reunieron con el jefe del Ejecutivo para pedirle que cumpla el pacto de investidura que selló con su partido en 2023. Los nacionalistas vascos aseguraron que actuarán con "prudencia" y que irán "contrastando" las informaciones que puedan seguir saliendo sobre la participación de Santos Cerdán en la trama de comisiones del 'caso Koldo', además de asegurar que no aprovecharán la situación para "mercadear" con el Gobierno.
A su vez, Vaquero también explicó que en el PNV no habían recibido ninguna llamada del PP en los últimos días, después de que su líder, Alberto Núñez Feijóo, haya insistido en que no puede presentar una moción de censura porque no tiene apoyos suficientes para aprobarla.
BNG y Podemos plantan a Sánchez
Por parte de Podemos, Pablo Fernández, secretario de Organización y portavoz de los morados, cargó contra las iniciativas tomadas por Sánchez para atajar la corrupción, considerándolas insuficientes y negando la asistencia de su partido a los contactos con Sánchez. "No queremos participar en una maniobra de lavado de cara de un partido corrupto", expresó Fernández. En el mismo sentido, aseguró que "Sánchez sigue sin tomar medidas reales ante la corrupción" y que "Podemos va a construir una alternativa, como ya hemos demostrado, sin casos de corrupción".
El BNG, de su lado, manifestó que "esta ronda de encuentros parece una especie de cuestión de confianza abordada de forma individualizada con cada fuerza política, que pretende escenificar un respaldo que debe ganarse con hechos, no con gestos ni declaraciones vacías". Consideraron los gallegos, en estos términos, que Sánchez está tratando de impulsar "un intento de blanqueo" al PSOE: "En un momento en el que están saliendo a la luz informaciones graves sobre prácticas corruptas vinculadas a miembros del PSOE, el Gobierno no puede buscar una foto de respaldo que desvíe la atención o pretenda diluir responsabilidades", repitieron.
Esta ronda de contactos, aunque no se trate de un socio parlamentario, ha terminado con la reunión de Sánchez con el presidente de la Generalitat de Cataluña y secretario general del PSC, Salvador Illa.
Así las cosas, con los partidos que han accedido a reunirse con él, Sánchez se ha comprometido, fundamentalmente, a "luchar contra las empresas corruptoras" para que no proliferen esta clase de casos. En el mismo sentido, Sánchez también anunció medidas en clave interna del partido, como el sometimiento a una auditoría externa, de la que el propio Sánchez dijo que "los resultados habían sido que las cuentas eran fidedignas y claras", así como cambios en el organigrama de la formación, en la Comisión Ejecutiva Federal y el desarrollo de mecanismos más estrictos de control contra la corrupción.