La Universidad de Harvard ha presentado un estudio en el que revela que los niños y niñas nacidas en los últimos tres meses del año (octubre, noviembre y diciembre) son más inteligentes; es decir, que aquellos que sean Libra, Escorpio y Sagitario, además de Vigo de septiembre y Capricornio de diciembre tiene una mejor capacidad intelectual a largo plazo.
La razón que hay detrás de esta mayor inteligencia no tiene nada que ver con el signo del zodiaco ni tampoco con la biología, sino con la forma en que se organiza nuestro sistema educativo. Y es que en muchos colegios las clases se organizan según el año; es decir, que todos los estudiantes deben agruparse según el año de nacimiento. Esto significa que un niño o niña nacida en diciembre va a compartir aula con otro chico o chica nacida en enero; es decir, con una diferencia de edad e un año.
Una pequeña diferencia entre adultos, un salto de gigante en niños
Esto, que en la edad adulta no es una diferencia que se note en demasía, en estos primeros años supone una diferencia abisbal ya que hay una brecha de madurez considerable. Por este motivo, paa poder adaptarse a esta diferencia de edad en clase, los nacidos en estos tres meses deben realizar un esfuerzo extra que a la postre supone un buen entrenamiento para al cerebro.
Por otro lado, el estudio, en el que han participado investigadores como John J. McGrath, también señala beneficios en el terreno social y emocional. Al ser los más jóvenes, estos niños deben esforzarse para integrarse y comunicarse con sus compañeros, lo que juicio de sus investigadores potencia su empatía, su inteligencia emocional y su flexibilidad para afrontar cambios. Además, el hecho de superar obstáculos desde edades tempranas contribuye a desarrollar resiliencia, tolerancia a la frustración y confianza en sus propias capacidades.
En este sentido, lo que consideran los autores del estudio es que los niños y niñas más pequeños de clase tienen que hacer un esfuerzo extra para poder seguir el ritmo y, por tanto, esto les prepara mejor para la vida adulta, ya que al final empezaron con una losa mayor que los demás.

El mes de nacimiento no es lo único determina la inteligencia, advierte Harvard
Los autores del trabajo insisten en que el mes de nacimiento no determina por sí solo la inteligencia sino que es un factor más dentro de una combinación de elementos en la que influyen la genética, la educación, la crianza, el entorno familiar, la nutrición y el estilo de vida, que también pueden ser decisivos en el desarrollo de habilidades cognitivas.
Por este motivo, los expertos recomiendan a padres, madres y educadores entender este hallazgo cómo una prueba empírica de que ponerse retos puede ayudar al desarrollo personal de los más pequeños. En todo caso, recuerdan que lo más importante para los niños y niñas sigue siendo que dipongan de un entorno seguro en el que puedan estimular su curiosidad y que se apoye su aprendizaje independientemente de su horóscopo o del mes en que nacieron.
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