El ahorro de electricidad no solo ayuda a reducir el gasto mensual en el hogar, sino que también contribuye al cuidado del medio ambiente. Según la Oficina de Protección al Consumidor de NRW (Nordrhein-Westfalen), los electrodomésticos "blancos", como los refrigeradores y congeladores, son algunos de los mayores consumidores de energía. En este sentido, se recomienda sustituir estos aparatos antes de que cumplan los 15 años de uso para evitar un consumo innecesario de electricidad.

Otro ámbito importante de consumo energético en los hogares es la electrónica de entretenimiento, que representa alrededor de un tercio del total de electricidad utilizado en las viviendas. Aunque adquirir nuevos dispositivos más eficientes es una opción, la Oficina de Protección al Consumidor sugiere que, en muchos casos, es posible reducir el consumo mediante prácticas cotidianas sencillas. Sören Demandt, experto en energía de NRW, afirma que "frecuentemente se puede lograr mucho implementando consejos sencillos, La mayor parte se puede integrar fácilmente en la vida diaria".

Estas son algunas recomendaciones prácticas para reducir el consumo eléctrico en el hogar:

Utilizar regletas de enchufes con interruptor

Uno de los principales culpables del gasto energético invisible es el modo de espera (stand-by) de los dispositivos electrónicos. Aunque los dispositivos más nuevos tienen un consumo mínimo en este estado, los aparatos más antiguos, como altavoces inteligentes, pueden consumir más electricidad. Un consejo práctico es conectar estos dispositivos a una regleta de enchufes con interruptor, lo que permite apagarlos por completo cuando no se están utilizando. Solo con esta acción se pueden ahorrar hasta 10 euros al año, especialmente con adaptadores de corriente.

Evitar el protector de pantalla en los ordenadores

A pesar de la creencia común, los protectores de pantalla no ayudan a reducir el consumo de electricidad. Sus animaciones y en movimiento, puede aumentar el consumo de energía. En muchos casos, un dispositivo más simple, como una tableta, consume aún menos energía que un ordenador de sobremesa y se puede usar cmo alternativa si solo se quiere navegar por internet.

Cerrar aplicaciones en segundo plano en el teléfono móvil

Los smartphones, cuando se mantienen muchas aplicaciones abiertas o con conexiones activas, pueden ser grandes consumidores de electricidad. Para optimizar su funcionamiento y reducir el gasto energético, es recomendable cerrar las aplicaciones no utilizadas y desactivar funciones como el Bluetooth o el Wi-Fi cuando no se necesiten. Además, poner el teléfono en modo avión por la noche ayuda a disminuir el consumo de energía.

 

Mantener los electrodomésticos sin hielo

El frigorífico y el congelador son dos de los aparatos que más electricidad consumen en los hogares. Para optimizar su funcionamiento, es importante eliminar regularmente las acumulaciones de hielo, ya que estas pueden hacer que los dispositivos trabajen más de lo necesario. La temperatura recomendada para el frigorífico es de 7 grados Celsius, mientras que para el congelador es ideal mantenerlo a -18 grados.

Aprovechar el programa Eco de la lavadora

El programa Eco de las lavadoras, aunque suele tardar más, ahorra energía al realizar el lavado a temperaturas bajas, lo que además contribuye a prolongar la vida útil de la ropa. Según Sören Demandt, este programa se utiliza poco, aunque en realidad ofrece grandes beneficios. Sin embargo, para eliminar bacterias, se recomienda utilizar temperaturas de 60 grados de forma ocasional.

Secar la ropa al aire

Una de las formas más eficaces de ahorrar electricidad es prescindir de la secadora y optar por secar la ropa al aire libre. Incluso en invierno, es posible hacerlo si la humedad es baja. Si se opta por la secadora, lo ideal es seleccionar el modo Eco, que reduce el consumo de energía.

Elegir iluminación LED

La iluminación representa otro aspecto clave para reducir el consumo energético. Según los datos de la Oficina de Protección al Consumidor de NRW y el portal de consumidores de Baviera, las bombillas LED pueden reducir el gasto en iluminación hasta en un 90%, lo que representa un ahorro considerable a largo plazo en comparación con las bombillas incandescentes tradicionales.

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