Un trabajo publicado en la revista PLOS One advierte que utilizar el teléfono mientras se está en el baño puede tener consecuencias para la salud. La investigación, realizada en el Centro Médico Beth Israel Deaconess (Estados Unidos), concluye que las personas que usan el móvil en el inodoro tienen un 46% más de probabilidades de desarrollar hemorroides frente a quienes no lo hacen.

El estudio se llevó a cabo con 125 adultos de entre 55 y 72 años que se sometían a colonoscopias de detección. Además de las pruebas, completaron encuestas sobre sus hábitos diarios e higiénicos. Dos de cada tres participantes reconocieron que utilizan el móvil en el baño, principalmente para leer noticias o consultar redes sociales. Estos usuarios permanecían más de cinco minutos en el inodoro, frente a solo un 7% de quienes no llevaban dispositivos.

Tiempo extra y presión en los tejidos

Los especialistas apuntan a que esa permanencia adicional genera presión en los tejidos anales, lo que aumenta el riesgo de hemorroides. Aunque la investigación no establece una relación directa de causa y efecto, sí sugiere que el uso del móvil prolonga el tiempo sentado en el inodoro y puede favorecer la aparición de este problema.

La autora principal del estudio, Trisha Pasricha, resume la advertencia: “Es posible que la forma y el lugar en que los usamos, como el baño, puedan tener consecuencias imprevistas”. Los expertos recomiendan reducir el tiempo en el baño y no convertirlo en una extensión del espacio digital.

Hemorroides

Qué son las hemorroides y cómo se originan

Las hemorroides son inflamaciones dolorosas de las venas en la zona anal o rectal. Afectan cada año a millones de personas. Solo en España, se estima que hay alrededor de 20 millones de personas que padecen hemorroides. Existen dos tipos de hemorroides, las internas (se localizan en la parte inferior del recto y forman colchones hemorroidales) y las externas (están situadas en el borde del ano, recubiertas por piel, y suelen tener aspecto violáceo y únicamente requieren tratamiento cuando se trombosan).

Según Sanitas, entre los diversos factores que predisponen a tener hemorroides se encuentran las personas que paecen estreñimiento crónico, síndromes diarreicos, obesidad, embarazo por el aumento de la presión en el abdomen, dietas pobres en fibra, hábitos de vida sedentarios y las personas que trabajan en profesiones que requieran mucho tiempo sentado. Así mismo, la edad o los factores hereditarios pueden influir.

El tratamiento de las hemorroides depende de la gravedad de los síntomas, según la Clínica de la Universidad de Navarra. Así, en fases leves, se utilizan cremas, pomadas o supositorios con anestésicos, antiinflamatorios o descongestionantes, que solo deben aplicarse durante pocos días (5-7) para evitar efectos adversos.

En cambio, si la enfermedad progresa y aparece un prolapso más marcado, se pueden aplicar técnicas intermedias como inyecciones esclerosantes, fotocoagulación, electrocoagulación, criocirugía o bandas elásticas, que se emplean únicamente en hemorroides internas y con eficacia variable según el grado de avance. Por último, cuando estas medidas no son suficientes, se recurre a la hemorroidectomía, una cirugía que consiste en extirpar los plexos hemorroidales afectados.