En el entorno laboral, la cortesía es importante, pero un exceso de disculpas puede tener efectos no deseados sobre la imagen profesional. Decir “lo siento” con demasiada frecuencia, incluso como una muletilla inofensiva, puede debilitar la percepción que los demás tienen de nuestra seguridad y credibilidad. Así lo advierten expertos en comunicación consultados por CNBC, cuyas recomendaciones recoge el medio especializado Money Review.
Una seña de falta de autoconfianza
Frases como “lo siento, una pregunta rápida” o “disculpa el largo correo” son habituales en entornos de oficina y reuniones, pero esconden más que simple amabilidad. Según estos especialistas, muchas veces las disculpas anticipadas reflejan inseguridad, miedo al juicio o ansiedad por parecer impertinentes. Aunque no siempre seamos conscientes, los demás captan estas señales y pueden interpretarlas como falta de confianza o autoridad.
Este patrón de comunicación puede transmitir, de forma implícita, mensajes como “no estoy seguro de merecer estar aquí” o “mi aportación no es importante”. El riesgo es que nuestras ideas sean desestimadas o interrumpidas antes de ser consideradas en su justa medida.
No es evadir las disculpas, es reemplazar el tono con uno positivo
No se trata, explican, de eliminar completamente la palabra “lo siento”, sino de usarla con mayor precisión. Un primer paso consiste en identificar cuándo recurrimos a disculpas que no son necesarias. A partir de ahí, se pueden aplicar algunos cambios sencillos para reforzar el lenguaje sin perder cortesía.
Uno de los consejos clave es reformular las disculpas como agradecimientos. Por ejemplo, cambiar “lo siento por llegar tarde” por “gracias por esperar” o “disculpa el largo mensaje” por “gracias por tomarte el tiempo de leerlo”. Estas pequeñas modificaciones proyectan un tono positivo y una mayor seguridad en uno mismo.
En vez de pedir la palabra, sugiere
Otra recomendación es evitar las disculpas en situaciones neutras, como al hacer una pregunta o compartir una idea. En lugar de pedir permiso para hablar, se sugiere ir al punto con frases como “quisiera aportar una idea rápida”.
Utiliza el lenguaje directo
El lenguaje directo también tiene un papel importante. Frases como “puede que me equivoque, pero…” pueden sustituirse por expresiones más afirmativas, como “aquí hay otra perspectiva que podrías considerar”.
Adoptar estos cambios requiere práctica, pero puede tener un impacto significativo. Como señalan los expertos, todo empieza por observar nuestros hábitos de comunicación y reemplazar aquellas expresiones que, sin quererlo, nos restan fuerza. Porque en cualquier entorno profesional, uno merece ser escuchado con la misma legitimidad que los demás.