Como muchas cosas que ocurren en temas ambientales, el tiempo da la razón o, dicho de otra manera, lo que antaño era una “rareza” ahora es la tendencia. Podríamos decir que las cosas suceden en dos tiempos. Esta reflexión surge a partir de una anécdota reciente.

Hace varios años, un amigo y Presidente de una compañía importante de informática me enseñaba sus nuevas instalaciones, con el orgullo de quien disfruta de su trabajo. Me enseñaba salas de servidores, centros de control a distancia y muchos equipamientos. Me hablaba en profundidad de lo que conocía bien, los equipos informáticos y los servicios de este sector. Cuando pasamos por una zona más de oficina convencional, contabilidad, ventas o similar, saltó y me dijo: “Mira, te voy a presentar a (no recuerdo su nombre pero pensemos que se llamaba María), es de las tuyas, de los temas medioambientales” me contó mientras me la presentaba que aunque no tenía una función en estos temas, a título individual había propuesto, presionado y convencido para ir metiendo cambios muy sensatos. La fotocopia un poco alejada para que se lo pensasen dos veces el imprimir, usar papel reciclado, poner contenedores, sustituir la iluminación convencional por más eficiente, y así un largo etcétera de pequeñas-grandes medidas.

A mi amigo, lo que más le gustaba era que era una mujer convencida, insistente y que había logrado convencer, en esas cosas de “las tuyas”. María, contenta de conocer a uno de “los suyos” y amigo del jefe, me contó con entusiasmo lo que había logrado, las primeras dificultades y que luego a todo el mundo le habían parecido bien. Incluso, me contaba sus “próximos logros” pero parecía que se lo estaba vendiendo a su jefe aprovechando la oportunidad. “Este tipo de personas son las que provocan los cambios de verdad” pensé.

Y tenía razón, hace unos días se puso en contacto conmigo mi amigo para decirme que le gustaría que hablásemos sobre temas de sostenibilidad, quería seguir avanzando en esta línea y se estaba planteando invertir en estos temas y quería saber mi opinión. Quedamos para vernos y hablar sobre ello. Lo primero que pensé al terminar la conversación inicial era: “felicidades María, lo has logrado. Ahora tu jefe es uno de los nuestros”.

Independientemente de la inversión que quiera hacer, que para mí significa el convencimiento de que estos temas ya no son marginales en su mente, sino claramente necesarios y actuales; estoy seguro que lo que eran medidas sueltas propuestas por María y aceptadas por la dirección y sus compañeros, hoy son procedimientos, acciones y medidas implantadas y con largo recorrido. Seguro.

Porque ir haciendo lo que María propuso tiene su eficacia. Poco a poco, mostrando resultados, hablando con todos y persuadiendo es como se logran los cambios.

En una oficina, como en cualquier puesto de trabajo, cada vez hay más “Marías”. Esos pequeños cambios que logran grandes resultados son sencillos:

Podemos comenzar por cosas muy visibles como es el uso de papel. Reducir el impreso sin necesidad (alejar la impresora o fotocopiadora es una buena idea), poner una recomendación sobre cómo imprimir por las dos caras, usar papel reciclado y demostrar que no se atascan las impresoras (un mito de hace veinte años que ya no tiene sentido), posibilitar los mensajes internos por correo electrónico, intranet o plataformas internas es sencillo, más eficaz y un buen sistema. Estudiar, finalmente, si esas memorias en papel “gordo”, grandes documentos e incluso folletos son necesarios ahora como hace veinte años es un buen ejemplo. Los “jefes”, además, estarán encantados. La calculadora que llevan incorporada en su cabeza les dirá que además ahorran dinero.

Poner luces led, interruptores de presencia y sistemas similares son sencillos, baratos, en muchos casos con ayudas públicas para hacerlo complementan mucho más. Otras medidas como aprovechar al máximo la luz natural son sencillas, gratis y sensatas.

La temperatura siempre es un motivo de discusión, lo que para unos escalón para otros es frío. Debemos recomendar que simplemente se cumpla la Ley y que se ubique entre los  los 21º C / 22ºC de máximo y los 19ºC de mínimo. La calculadora de los jefes vibrará, esto si es un gran ahorro y por cada grado que se suba el gasto aumenta un 7%.

Podemos seguir, pero son esos pequeños cambios que hacen, cuando pasa el tiempo que los responsables de los lugares de trabajo comiencen a valorar otros de mayor impacto: consumir energía renovable, plantearse el auto consumo, ayudas y facilidades para el uso de transporte público o bici, estudiar su huella de carbono y compensar, diseñar con criterios ambientales productos y servicios y muchas más. La espiral comenzó a girar gracias a las Marías “las que son de los tuyos” y luego no hay quien lo pare.

A veces surge algún crítico, un cuñado del trabajo, pero lo mejor es seguir adelante. Se encontrará con el tiempo que lo que eran “las cosas de María” en la empresa, hoy es una obligación impuesta por los jefes. Bueno, que aprenda y que se aplique. María cumplió como ciudadana.