Nos permitimos, pues, desde ELPLURAL.COM, exhortar una vez más a los indecisos -entre los cuales, están muchos indignados y numerosos desengañados- a que voten por la izquierda para evitar una España en manos de la derecha. Esto es así, guste o no guste. No hay más cera que la que arde. Cada voto que se va a la abstención favorece al Partido Popular básicamente. La derecha no crece apenas, según pudo comprobarse el nefasto 22-M, pero sus integrantes procuran siempre formar un bloque compacto y electoralmente casi invencible. Cierran filas ante el enemigo común de casi todos ellos, que es el PSOE. Lo que más les mueve es contribuir a la derrota de la izquierda. Levitan imaginando ya la euforia de los triunfadores en la noche del 20-N.

El santo y la limosna
¿Qué mérito tienen los conservadores en estos cuatro años de crisis y desventuras para alzarse con el santo y la limosna? Ninguno. ¿Cuál ha sido la aportación popular a la hora de hacer frente a la impetuosa tempestad de una crisis que sólo, y hasta el momento, ha hecho estremecedores estragos en Europa, EEUU y otros países? ¿Alguien piensa de verdad que si hubiera estado Rajoy en la Presidencia del Gobierrno la crisis habría sido barrida a escobazos y habría desaparecido como las ratas? ¿Los parados habrían hallado con relativa facilidad puestos de trabajo? ¿Rajoy habría atado a los perros con longanizas, en medio de un bienestar envidiable para nuestros vecinos europeos?

Nada de nada, que es nada
Rajoy no ha hecho nada de nada, que es nada. Felipe González ha dicho de él: “Me temo que Rajoy no oculta nada porque no tiene nada en la cabeza”. Ha ido a remolque de las circunstancias adversas y únicamente ha manejado pro domo sua a los medios de comunicación afines. Su artillería mediática es, desde luego, potente: desde El Mundo a La Gaceta pasando por El Gato al Agua y una entusiasta batería de periodismo trabucaire. La derecha se ha limitado a dinamitar los proyectos del Gobierno Zapatero, mientras los atacaba y cargaba de munición a la fiel infantería.

No ha dado la talla
El jefe del PP ha boicoteado, criticado y obstaculizado todo cuanto llevaron a cabo los Gobiernos del PSOE tanto en la primera como en la segunda legislatura. ¿Quién recuerda una sola palabra de Rajoy favorable a los matrimonios homosexuales, a la memoria histórica, a la valiente voluntad de acabar con ETA por la vía del diálogo o a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos? Nunca oímos en estos ocho años una expresión mínimamente positiva, dirigida a Zapatero y en la actualidad a Rubalcaba. Rajoy es un aprovechado, un oportunista. Se ha escondido y apenas ha dado la cara, como se demuestra siguiendo sus vacilaciones y contradicciones respecto al caso Gürtel. En el ámbito de la corrupción, Rajoy no ha dado la talla.

Eficacia y sensibilidad social
Entre él y Rubalcaba, no debería haber color. Rubalcaba es sinónimo de eficacia y de sensibilidad social. Hemos de escoger, y estamos aún a tiempo, entre un presidente surgido de la mediocridad y un presidente que inspira confianza. Los tres millones y medio de dubitativos prosocialistas pueden devolvernos a la época de Aznar y luego vendrá el llanto y el crujir de dientes, pero será ya tarde. O pueden conseguir que gane Rubalcaba y con él gane España. O, mejor dicho, los españoles. ¿Y por qué hemos de creer, a pie juntillas y como estólidos papanatas, que la victoria de Rubalcaba es una utopía?

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM