Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Parece que los presidentes del Govern de la Generalitat y del Gobierno de España han hecho suyo el verso de Antonio Machado, porque el anuncio de ambos tras el encuentro del miércoles en Barcelona supone abrir nuevos caminos, sin volver la vista atrás; supone apostar por el diálogo a pesar de sus alejadas posiciones sobre la situación política en Cataluña. Un diálogo abierto sin plazos, ni límites.

La situación ha mejorado desde hace un año, recordó Pedro Sánchez, aludiendo a la existencia de un mejor clima, al que no ha podido ser ajena la aprobación por el Gobierno central de los indultos a los condenados por su participación en el procés. Algo al que también habrá contribuido el acuerdo que en su día firmaron ERC y Junts para pactar el actual Ejecutivo de la Generalitat, en el que se defendía la celebración de un referéndum, sí, pero renunciando a la “unilateralidad”. Cuestión crucial que muchos han olvidado y que sirvió de guía al referéndum ilegal de 2017.

Al término del encuentro, tanto Sánchez como Pere Aragonès dejaron clara su voluntad de recorrer ese nuevo camino. Sánchez lo constató de este modo. “…Las distancias y diferencias que tenemos en cómo resolver la crisis en Catalunya, son grandes. Pero también hemos coincidido en que la mesa de diálogo es el mejor camino para avanzar, acercar posiciones y encontrar soluciones acordadas”.

Este ha sido el pistoletazo de salida para mantener reuniones periódicas, a través de trabajos discretos, “que permitan avanzar en los objetivos fijados”. La discreción, la tenacidad y la buena voluntad serán elementos necesarios para que las cosas salgan bien. Al fondo, continúa el ruido de Junts y de la Cup, ajenos a las conversaciones por propia voluntad y refractarios a facilitar las cosas. Un episodio más de la fractura entre las formaciones soberanistas.

No obstante, los medios de comunicación adversos al Gobierno de coalición que se editan en Madrid saludaban ayer por la mañana el desenlace de ese encuentro como una subasta en favor de Cataluña y alguno de ellos concluía que, de ese modo, Pedro Sánchez tiene garantizado con el voto favorable de ERC a los Presupuestos del Estado para 2022.

¿Y el PP? rabiando, como es habitual. Pablo Casado llegó a afirmar en el Congreso que Sánchez se reunía “con los que jalean a los terroristas que quieren atentar contra el PP”, en referencia al actual juicio contra los CDR. Lo que no puede soportar la derechona es que no haya conflicto en Cataluña porque eso deslegitima la nefasta actuación que protagonizó el Gobierno de Mariano Rajoy Brey cuando el independentismo se afianzaba en Cataluña.