Es fácil argüir que si sabe como atajar la sangría de desempleados, ¿por que se lo tenía tan callado’. Era inevitable que los González Pons y  compañía, le plantearan un maldito dilema: “O usted no se lo ha contado a José Luis Rodríguez Zapatero, o si lo ha hecho no le ha hecho ni puñetero caso”.

La verdad es que nadie tiene la receta mágica para resolver el problema. No la tiene Mariano Rajoy y es arriesgado suponer que disponga  de ella su adversario. Alfredo Pérez Rubalcaba fue un químico prestigioso antes de meterse en política pero no llegó a aprender las artes de la alquimia ni de la magia.

"Me voy a esforzar en explicarle a la gente que sé lo que tenemos que hacer para crear empleo" ha prometido en una reunión con sus correligionarios gallegos.

Y no dudo que lo explicará bien pues es un artista en el arte pedagógico, aunque no tanto en el de la ciencia económica

Sin embargo,  ofrece una apreciable ventaja a este respecto sobre José Luis Rodríguez Zapatero. El todavía presidente se cree un virtuoso en esta materia aunque los resultados obtenidos no confirman su creencia.

Sin embargo el Candidato tiene las suficientes inteligencia y  humildad para reconocer sus limitaciones en esta, como en otras asignaturas, y no se le caen los anillos por preguntar a quien sabe lo que no sabe.

Lo hace con la aplicación del buen estudiante, pertrechado de recado de escribir, con cartulina y lápiz de punta siempre bien afilada con el que apunta la sapiencia ajena en letra increíblemente minúscula pero perfectamente  inteligible.

Pérez Rubalcaba ha hecho estas manifestaciones la víspera de que su buen amigo el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, publicara las últimas cifras sobre la evolución del paro registrado que se sitúa en 4.1 millones de personas.

Es una cifra agridulce pues aunque indica que el paro se ha reducido el pasado mes de junio en casi 68.000 personas, la tercera caída mensual consecutiva, no lo ha hecho tanto como se esperaba en el arranque de la temporada turística.

Es a lo que se llama estacionalidad. Si desestacionalizamos como Dios manda, eliminando los efectos de la temporada, el paro habría crecido en 30.000.

El ministro Gómez ha explicado el hecho de que la reducción del paro haya sido menor de la prevista por el mal comportamiento de la agricultura  a raíz de la crisis del pepino.

Más preocupante es la caída de los afiliados a la Seguridad Social después de tres meses muy positivos; así como el hecho de que disminuyen los contratos fijos que expresan que un año después de la reforma laboral, no se han conseguido los objetivos propuestos con una norma que irrita profundamente a los sindicatos.

Recuperar el buen rollo con su buen amigo Cándido Méndez y con su colega Ignacio Fernández Toxo es otra prioridad de quien será proclamado oficialmente candidato el próximo sábado.

José García Abad es periodista y analista político