Los bancos y cajas se saltaron las más elementales reglas de prudencia ofreciendo crédito a quien no lo podía devolver, plazos de amortización de hasta medio siglo y cantidades en préstamo que excedían el valor del piso. Ofrecieron y animaron al cliente a meter en el mismo los muebles, el coche y hasta las vacaciones.

Es evidente que el Gobierno no puede dejar que la banca quiebre porque nos llevaría a todos por delante pero es de justicia que las entidades financieras paguen algo por su responsabilidad en el desastre. La imagen proporcionada por el gobierno Zapatero ha sido la de compadreo con los banqueros de lo que hay constancia en el álbum fotográfico de la Moncloa. ¿Hace bien el Candidato al diferenciarse del todavía jefe del Ejecutivo a este respecto?. Se observan al respecto división de opiniones entre los analistas.

Entre la opinión publicada parece predominar la idea de que “atacar” a los bancos es una actitud demagógica, que olvida la responsabilidad del Candidato en el gobierno del que todavía forma parte y que semejante actitud puede irritar a los mercados y enviar a los organismos internacionales un mensaje inquietante. Sin embargo en la opinión pública creo percibir un rotundo y clamoroso consenso en apoyo de las declaraciones efectuadas y reiteradas por Alfredo Pérez Rubalcaba a las que se adhiere, por cierto el ministro de Trabajo Valeriano Gómez, buen amigo del vicepresidente.

El resentimiento ciudadano contra los bancos ha alcanzado niveles sin precedentes. No solo por parte de los hipotecados y gente de a pie sino por el mundo empresarial, especialmente el de los pequeños y medianos empresarios, a quienes no les llega el crédito ni la camisa al cuerpo. Por ello sorprende un tanto que el presidente de la CEOE, Joan Rosell haya degradado el juicio del candidato socialista a la categoría de ocurrencia.

Es posible que entre la opinión pública haya división de opiniones sobre este particular. En un bando estarían los que jalean al vicepresidente-candidato y en el otro los que opinan que se ha quedado corto. Quizás esté surgiendo otro bando que reclame directamente la nacionalización de la banca y de las cajas de ahorro.
Lo que no dice Alfredo P. Rubalcaba es que, si los bancos han actuado temerariamente, el Banco de España que debe controlarlos, no ha actuado en absoluto, lo que es aun más temerario.

No ha actuado con la firmeza necesaria el actual gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ni lo hizo su antecesor de los tiempos de José Maria Aznar, Jaime Caruana. Que cada palo aguante su vela.

José García Abad es periodista y analista político