Ante el desgaste de las ideologías y el descrédito de la retórica política en general, los ciudadanos fijan su atención en las personas que encabezan los proyectos. El grado de identificación con los candidatos, la confianza que inspiran, la credibilidad que demuestran y los valores personales que acreditan, resultan fundamentales para inclinar la voluntad del elector.

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