Y ya sé que muchos de ustedes, con las manos en la cabeza y haciendo grandes aspavientos, pensarán que un Gobierno que toma medidas no razonables, no es un gobierno de fiar, pero eso les ocurre, queridos izquierdistas, porque ustedes dan más importancia a la razón que a la fe. La situación económica de nuestro querido país es tan grave, que de lo que ahora se trata es de mover montañas, y nada mejor que la fe (o un terremoto como Dios manda), para conseguir semejante fin.

Ya han sido muchos los economistas de la cuerda de ustedes, que han salido al paso contra las irrazonables medidas tomadas por el Gobierno de don Mariano. Aseguran estos esclavos del pensamiento científico, que subir los impuestos a las clases trabajadoras y medias (que para los que aún no se hayan dado cuenta son los mismo), y reducir o anular las ayudas a los más necesitados, sólo puede provocar una mayor recesión de la economía, porque la menor disponibilidad de dinero, siempre viene acompañada de un menor gasto y, por lo tanto, de una paralización de las ventas y la producción. ¡Razón, simple e izquierdista razón!

Esos mismos y razonados economistas, aseguran que lo que debería haber hecho el Gobierno de don Mariano, es negociar con la Unión Europea (un eufemismo para referirse a Alemania) un aplazamiento en el cumplimiento del déficit público, dos años más para bajar los dos puntos que nos exigen. Según ellos, en estos dos años la reducción del gasto público, más una mayor presión fiscal sobre las rentas del capital y sobre las grandes fortunas (erradicando el mal uso de las SICAVs) no sólo conseguiría ese objetivo, si no que permitiría un crecimiento de la economía al provocar que buena parte de esas grandes fortunas que ahora no son productivas, invirtieran ese dinero (por narices) en la economía real. Ja, ja nos reímos don Mariano y yo, donde esté una buena dosis de fe, que se quite la razón. Es más, ya que la cosa va de fe, yo me ahorraba el sueldo de Guindos y Montoro y nombraba directamente Ministro de Economía y Hacienda a Monseñor Rouco Varela.