“La responsabilidad para desbloquear la situación es solo de Pedro Sánchez y no de grupos parlamentarios que están en las antípodas de la izquierda”. Esto decía Pablo Casado en julio, después de las primeras elecciones. Ahora, cuando todo parece encaminarse al acuerdo de investidura del líder del PSOE, el dirigente popular exige que se rompa el posible pacto.

La derecha suele tener un concepto patrimonial del poder. No se trata solo de querer gobernar a toda costa. Se trata de considerar ilegítimo a todo Gobierno que no esté liderado por ella. “Si no se remedia, se está fraguando un Gobierno de sedición” ha dicho Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del Grupo Popular. Declaraciones que son apoyadas con titulares catastrofistas de los medios afines: “Pacto con los odiadores de España”, “Ya hay fuga de capitales”, “El PSOE ya negocia el favor de Bildu”, “Sánchez usa a PP y Cs antes de someterse al separatismo de ERC”, etc.

De llegar el esperado acuerdo, nos espera una legislatura complicada. Una legislatura de palos en la rueda, en la que los radicales de Vox podrían ir logrando objetivos. Menuda papeleta para Pablo Casado. Por un lado, necesita a Vox para aprobar los presupuestos de Madrid. Por otro, sabe que, de seguir la tendencia, Vox, después de fagocitar a Ciudadanos, iría a por el PP. Cara a la galería, alcalde de Madrid, Martínez Almeida, afea en público la lamentable intervención de Ortega Smith el Día contra la Violencia de Género, pero, a la hora de la verdad, vota en contra de la reprobación del secretario general de Vox. El PP también está dispuesto a prestar los votos a la ultraderecha para que entre en la mesa del Congreso. Y si París bien vale una misa, los presupuestos de Madrid bien valen para arrancar unas placas del cementerio de la Almudena con nombres de los fusilados por el franquismo.

Pero Pedro Sánchez no solo se enfrenta a este ataque por tierra, mar y aire de sus rivales naturales, sino que también hay críticas desde la vieja guardia del PSOE, que ha montado la plataforma El país que reúne, para oponerse al pacto con Podemos y con Esquerra Republicana. La plataforma se suma al catastrofismo y advierte del riesgo de balcanización de España. No dudan en vaticinar la “disolución del país”. Es particularmente doloroso ver allí a Francesc de Carreras –si lo viera su padre, Narcís de Carreras, que acuñó la frase, “Barcelona, mès que un club”-, a Nicolás Redondo, a Joaquín Leguina o a César Antonio Molina, entre otros muchos.

Algunos quieren que se repitan las elecciones una y otra vez, hasta que los españoles aprendan a votar lo que quiere la derecha.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com