A los periodistas afines a Génova 13 -siempre instalados en la paranoia de la conspiración- les enoja profundamente la revuelta pacífica de los jóvenes. Demuestran así su escasa sensibilidad para la tolerancia, para la democracia y, por supuesto, para la libertad de expresión. Han sentenciado, en un ejercicio más de periodismo amarillo, que los disidentes del sistema no son otra cosa que títeres del PSOE y, concretamente, de Alfredo Pérez Rubalcaba. César Vidal lanzó una soflama ayer insultando a los que protestan legítimamente, guste o no guste a los sectores más cavernícolas de la sociedad española. Los mezcló con ETA, que siempre es el último refugio de ciertos truhanes.

¡Huele a CNI!
En La Gaceta ultramontana, Dávila se hacía ayer el listo, como lo hizo también en El Gato al Agua. "Aquí no nos chupamos el dedo (...) Este movimiento de los 'indignados' no se organiza espontáneamente. ¿O es que se organizó espontáneamente el asalto a las sedes del PP en 2004? Esto huele a CNI y, por tanto, a Rubalcaba, que sabe más de agitación social que Lenin (...) La turbamulta ha logrado una cosa: que no se hable del paro y los desastres del PSOE, y otra más: avisar a Rajoy de lo que se le viene encima". El Mundo también se rasga sus vestiduras. Pedro J. Ramírez se acoge al slogan superconservador de ley y orden. "El Ministerio del Interior -editorializa el periódico que dirige Ramírez- tiene la obligación legal de desalojar la Puerta del Sol y hacer que las resoluciones de la Junta Electoral se cumplan. Máxime cuando los manifestantes, crecidos por su éxito, convocaron (...) otro acto para la jornada de refelexión (...) Ello suscita un inquietante paralelismo con lo que sucedió en las vísperas de las elecciones de 2004 con las protestas ante las sedes del PP. Ese lamentable espectáculo no debería volver a repetirse".

Conjuras insexistentes
¡Qué miedo tiene la derechona a la libertad! Busca conjuras inexistentes para tapar los despojos de sus miserias. Los postulados de los jóvenes airados son, con excepciones y contradicciones -como nos ocurre a todos los humanos- muy razonables. Otra democracia es posible, pregonan. No son antidemocráticos. Exigen, por contra, una democracia remozada, mejorada y también un punto utópica. Nada de malo hay en ello. Todo lo contrario. La funesta realidad desatada a raíz de la crisis económica internacional, con los Gobiernos surgidos de las urnas maniatados por los mercados, las agencias de cualificación y los grupos de presión nos ha devuelto a un panorama inquietante. "Poderoso caballero es Don Dinero", diagnosticó Quevedo hace muchos siglos. Sin embargo, el poder político, en 2011, sigue dependiendo en buena parte -en España y en todo el mundo- de quienes poseen el dinero.

Respeto a los jóvenes
Estas reflexiones y otras muy similares forman parte del capital ideológico de las diversas izquierdas. Los jóvenes protestantes no enturbian la política. Simplemente tratan de limpiarla. Todos sabemos que no hay ni habrá nunca un modelo progresista único e inamovible. Es por eso que el debate de los jóvenes merece respeto, por encima de las siglas de los partidos de izquierda. ¿Extraña, pues, que tanto el PSOE como con mayor énfasis IU hayan elogiado a los jóvenes airados, capaces de dejar oír su voz en toda España y, probablemente, en otros países? Al PP le parece todo esto juegos de revoltosos y de presuntos maleantes. Esa es una diferencia básica entre el PSOE y el PP. No son lo mismo, aunque algunos de tales jóvenes sí crea que son iguales. La derecha es históricamente dogmática. La izquierda, no. ¡Mucha suerte, amigos y amigas de la Democracia Real Ya!

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM