El Gobierno del PP está jugando peligrosamente con fuego. Los vítores y aplausos de la bancada popular a los anuncios de recortes sociales hechos por Mariano Rajoy fueron una provocación pública. Su máxima expresión fue el exabrupto del “¡que se jodan!” perpetrado por Andrea Fabra, porque a nadie se le escapa que reflejaba un sentimiento de clase, una manifestación rotunda de una ideología clasista, la del ultraliberalismo más reaccionario.
Ante una situación como esta se impone una reacción clara de los socialistas, como primera fuerza de la oposición y como única alternativa actualmente posible al PP. Repito: ¿”no hay alternativa”?. Sí la hay, y el PSOE debe hacerla pública, presentando con claridad y energía no únicamente su firme oposición a las drásticas medidas contra la mayoría que el Gobierno del PP está aplicando sino también ofreciendo alternativas progresistas para superar la situación actual. François Hollande lo está haciendo ya en Francia. ¿A qué espera Alfredo Pérez Rubalcaba a hacerlo también en España? Solo el conocimiento de esta alternativa puede insuflar esperanza e ilusión en una sociedad que está entrando en una profunda depresión. Una depresión no solo económica sino también social, política y anímica, que nos conduce inexorablemente del drama a la tragedia colectiva.
Jordi García -Soler es periodista y analista político