Moreno Bonilla no entiende la salud como un derecho que tienen los andaluces y andaluzas, para él es un negocio. Desde el primer día que llegó a la Junta de Andalucía, no ha parado de destrozar y desmantelar la sanidad pública y de favorecer la privatización.

Los sindicatos sanitarios han denunciado en reiteradas ocasiones que la Junta está aumentando las operaciones menores que deriva a la sanidad privada mediante conciertos. Estamos hablando de operaciones de cataratas, de verrugas, de juanetes, de lunares y, también, de algunas hernias, como las inguinales.

La realidad es que en 2021 la Junta ha alcanzado un cifra récord de derivaciones de pacientes de centros de sanidad públicos a centros privados, y lo ha hecho tanto a nivel de pacientes, como a nivel de gasto.

Según datos oficiales, el número de derivaciones para ingresos hospitalarios de pacientes alcanzó las 858.529 personas, de ellas 772.310 fueron para estudios diagnósticos y pruebas funcionales. Todo ello ha supuesto un coste de 201 millones de euros.

En la mayoría de las ocasiones, los jefes de servicios están al margen de estas derivaciones a la privada, no controlando qué pacientes se mandan y cuáles no. Esto genera malestar entre los propios profesionales.

Además, algunos pacientes que son derivados terminan siendo rechazados por el propio centro privado por la complejidad del caso y son devueltos a la pública. Este proceso se dilata en el tiempo y los pacientes empeoran su patología.

En cualquier caso, la privada en 2021 recibió un total de 463 millones para especialistas, diálisis y concierto de hospitales y para en 2022 la cifra crece de forma notable y alcanza los 662 millones, un incremento de casi 200 millones en un solo año.

La sanidad privada está haciendo el negocio del siglo. Los seguros de sanidad privada en Andalucía han pasado del 16% al 20% de la población, alcanzando los 1,7 millones de personas. Un aumento de casi 100.000 en un año.

Pero no queda aquí la cosa, puesto que el consejero de sanidad se dedica a visitar hospitales privados y los promociona, como hizo hace algunas semanas cuando acudió al Hospital Materno-Infantil Quirónsalud de Sevilla.

Mientras tanto, esta misma semana el recién remodelado centro de salud de Martos en Jaén, vendido a bombo y platillo por la Junta de Andalucía y con un coste superior al millón de euros se ha develado como una monumental chapuza y se ha inundado con las lluvias.

Cada día que pasa se incrementan más y más las protestas de médicos, enfermeras, sindicatos sanitarios y de los andaluces y andaluzas ante el destrozo que está llevando a cabo Moreno Bonilla en la sanidad pública.

Hace unos meses Moreno Bonilla echó a 8.000 sanitarios a la calle. Faltan médicos, faltan enfermeras, siguen aumentando las jubilaciones que no se cubren, no se cubren vacaciones, ni bajas, no se ha cumplido el acuerdo que adquirió el presidente andaluz con la Carrera Profesional para más de 40.000 sanitarios, la Atención Primaria está bajo mínimos y las listas de espera se han disparado. En definitiva un daño terrible el que se está haciendo en la sanidad pública.

Pero Moreno Bonilla lo tiene muy claro, su modelo es que quien pueda pagarse la visita a una consulta privada o la suscripción de un seguro privado, lo haga. Y quien no tenga dinero para pagarlo, queda condenado a sufrir este sistema sanitario injusto. Ha convertido la sanidad en el negocio de unos pocos. ¿Esto era el cambio para Andalucía? Es el cambio, pero a mucho peor.

Miguel Ángel Heredia Díaz
Portavoz de Hacienda y Senador del PSOE por Málaga