Es inhumano lo que están sufriendo los pacientes andaluces por la nefasta gestión de Moreno Bonilla, que sigue empeñado es destrozar la sanidad pública. Los hospitales están colapsados con pacientes que esperan hasta setenta horas para conseguir una cama; con enfermos que aguardan hasta siete horas para ser atendidos en unas urgencias masificadas; con médicos que soportan una enorme presión al tener que atender hasta tres pacientes a la vez y con enfermos que deben aguantar dos años para poder ser operados.
Esta situación de caos y sufrimiento es consecuencia del desinterés más absoluto por parte de Moreno Bonilla. La gestión que realiza el presidente andaluz del PP se caracteriza por la falta de la inversión necesaria en sanidad pública, por la privatización de los recursos y por estar más preocupado por el lucro de las empresas privadas, que por garantizar una atención sanitaria digna y decente para los andaluces.
Andalucía está a la cola de España en gasto sanitario por habitante. Se invierte un 13,4% menos que la media nacional. Son datos del último Informe del Sistema Nacional de Salud. Sr. Moreno Bonilla, ¿no le da pudor ser líder en España en destrozar la sanidad pública? Destruye la pública, mientras aumenta un 21,5% los conciertos sanitarios con la privada en 2025, alcanzando la cifra de 494 millones de euros, la mayor en toda la historia.
La falta de recursos para la sanidad pública está provocando un colapso en las urgencias de los hospitales andaluces. Las quejas de pacientes y familiares se multiplican. No es decente que haya que esperar más de 70 horas para poder ser encamado en el Hospital Clínico de Málaga por falta de personal como denuncia el Sindicato de Enfermería SATSE. Ningún ser humano merece una atención así en una situación de emergencia.
Son enfermos con patologías como insuficiencia cardíaca congestiva, edema agudo de pulmón e infecciones respiratorias. Incluso muchos de estos pacientes son pluripatológicos y de avanzada edad, que se ven obligados a estar en una camilla durante días, sin un mínimo de garantía sanitaria y de calidad en la asistencia, hasta conseguir días después la ansiada cama en planta.
Y es que los hospitales andaluces están saturados. En el Hospital Virgen Macarena en Sevilla los pacientes deben esperar hasta siete horas en Urgencias, en una sala de espera completamente desbordada y sin sitio, ni siquiera para que se puedan sentar los enfermos. Con demasiada frecuencia los pacientes que llegan a los hospitales no son atendidos hasta la madrugada, después de haber pasado demasiadas horas esperando en condiciones sencillamente inhumanas.
Por su parte el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada se encuentra al borde del colapso ante la falta de personal, como denuncia SATSE. El sindicato reclama un aumento de la plantilla para hacer frente de manera segura y con calidad la atención sanitaria, ya que los profesionales sanitarios están desbordados y trabajan bajo una enorme presión.
En Córdoba, los sindicatos sanitarios reclaman y exigen refuerzos tanto en hospitales como en los centros de salud ante el aumento de las patologías respiratorias habituales en invierno y critican que haya unas 100 camas cerradas en el hospital Reina Sofía en estos momentos de “mayor frecuentación”.
Suma y sigue. Las condiciones en las que trabajan los sanitarios son “dantescas”. Hasta el ABC, medio de comunicación nada sospechoso de ser progresista, se hace eco del estrés que soportan los médicos de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío en Sevilla: “Estamos viendo a tres pacientes a la vez, en tres consultas distintas”. Esto representa un riesgo para la salud de los enfermos y aumenta el estrés y la fatiga de los profesionales. ¿A qué espera Moreno Bonilla para contratar más sanitarios? ¿Hay dinero para que él se suba dos veces el sueldo en un año y no lo hay para contratar más profesionales?
Pero no solo son las Urgencias, el problema va más allá. Así la falta de personal que arrastra el laboratorio del Hospital Regional de Málaga en los últimos meses es “insostenible” según denuncia el sindicato CSIF. La falta de plantilla alcanza de media un 40% en algunos servicios, comprometiendo el normal funcionamiento de la unidad y multiplicando la sobrecarga laboral. Y en algunos casos, como el del laboratorio de Genética del Hospital Materno Infantil, el déficit de personal llega hasta el 50%.
Uno de los casos más dramáticos del colapso que sufre la sanidad andaluza, es el de una abuela cuyo nieto, ha estado más de 572 días esperando una operación de riñón en el Hospital Macarena de Sevilla. Este paciente ha superado con creces el tiempo de respuesta, garantizado para una intervención quirúrgica de este tipo, que es de 180 días. La angustia de la familia ha sido indescriptible, pero lo más alarmante es que este tipo de historia se repite con demasiada frecuencia en todos los rincones de Andalucía.
Hay comunidades autónomas donde se está reforzando la plantilla de personal sanitario, frente a un Moreno Bonilla que ha optado por recortar y privatizar. La falta de inversión en recursos humanos y en infraestructuras hospitalarias es una de las principales causas de la preocupante situación que estamos viviendo. Una situación, donde Andalucía es líder en España en listas de espera sanitarias.
La situación en los hospitales andaluces es insostenible, y lo peor es que no hay ninguna respuesta clara ni ningún plan de acción por parte de Moreno Bonilla para solucionar la tesitura. Su estrategia consiste en privatizar servicios sanitarios, externalizar servicios y firmar contratos millonarios con empresas privadas, mientras en los hospitales públicos faltan recursos y personal. Prioriza el beneficio económico de las empresas privadas sobre el bienestar de los andaluces y andaluzas.
Moreno Bonilla se está cubriendo de gloria. Su modelo sanitario es un rotundo fracaso. El que prometió en campaña electoral solucionar los problemas de la sanidad ha terminado destrozando a conciencia la sanidad pública, convirtiéndolo en el principal problema que hoy sufren los andaluces.
Al presidente andaluz del PP no le preocupa ni nuestra salud ni la de nuestras familias. Está tratando de quebrar la sanidad pública andaluza con el único objetivo de que los intereses privados se beneficien. Sr. Moreno Bonilla, entérese: ¡La sanidad no es un negocio, es un derecho!