No se trata en absoluto de debates, y menos televisivos. Los debates los acostumbra Rajoy a perder y por eso huye acoquinado de ellos.  De lo que se trata es de lanzar contra el PSOE un huracán de descalificaciones y de insultos, dirigidos a la izquierda, como si los progresistas lleváramos el estigma del desdoro o el de la maldad.

La cuadrilla de la porra
A la cuadrilla de la porra popular le excita en gran manera -por encima de cualquier otra cuestión- todo cuanto tenga que ver con la lucha del Gobierno actual para acabar con el terrorismo etarra. Es ciertamente muy  significativo este asunto.

Cuando la caverna aplaudía con las orejas
Cuando el Gobierno de José María Aznar intentó, por la vía del diálogo y el de la negociación, terminar con ETA [negociación que ahora los populares niegan en una exhibición más de sus infundios], el clan de la caverna mediática  aplaudía con las orejas todo lo que hacía Aznar, mientras decía a los jefes etarras aquello de  “seremos generosos”

La banda, deshilachada
En cambio, cada vez que el PSOE avanzaba en la buena dirección circulando hacia la paz –con algunos errores y tropezones, propios de la condición humana- los perros de caza buscaban con fiereza a los socialistas y se echaban encima de ellos, ladrando o insultándolos, lo que venía a ser lo mismo. Esto ha pasado durante casi ocho años y  continúa pasando, a pesar de que la banda está prácticamente deshilachada.

Más de dos años sin asesinatos
Sucede semejante desmoronamiento  gracias, entre otros factores, al buen trabajo del hasta hace poco ministro del Interior, Alfredo Pérez  Rubalcaba. Y además –habría que añadir- han transcurrido más de dos años sin un nuevo asesinato de ETA.

Los cavernarios volvieron a vomitar
Sin embargo, ayer viernes –a raíz de la Conferencia Internacional de Paz, que se celebrará el próximo lunes- volvió a rugir la marabunta. Los cavernarios volvieron a vomitar. Participar o estar en esa Conferencia es “hacerle el juego a ETA”, sentenció La Razón, el diario de cabecera de Rajoy. Sostiene que una vez más el Gobierno ha denigrado y traicionado a las víctimas. El Mundo se rasgó las vestiduras y diagnosticó lo siguiente: “Cunde el nerviosismo en la oficina del candidato y quizá alguien piense que un comunicado de ETA anunciando que seguirá sin matar (…) le puede favorecer”.

El traidor necesario
En ABC, el catastrofista Tertsch acusa al Gobierno de “alta traición” y recuerda también la traición que supuso el caso Faisán. Obsesionado con la traición socialista,  afirma: “La peor traición está en que el Gobierno de Zapatero nos ha puesto a España y los españoles al nivel de los terroristas para una negociación y un acuerdo entre iguales (…)”.

El último vómito
Último vómito de Tertsch: “Es difícil de describir la repugnancia que produce esta canallada histórica de Zapatero y todos sus cómplices (…) Han conspirado con los terroristas, engrasando los carriles para que la inercia generada por el terror nos llevara a este puerto de vergüenza. El único mensaje que emerge ya de esta olla podrida es que ETA tenía razón. Sólo tenía que matar y aguantar. Hasta que llegara en España el débil propicio, el oportunista sin patria, el traidor necesario”.

35 días para las urnas
Todos estos retazos periodísticos de carácter ultramontano, o pseudofalangista, o pseudorequeté nos conducen de forma directa a Génova 13. Pero quien estimula y consiente tamaño denuesto no es otro que Rajoy, el falso moderado o el tramposo centrista.  Faltan 35 días para que se abran las urnas.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM