Luis Eduardo Ramírez ha sido condenado por un delito continuado de abuso sexual a una menor en un centro religioso de acogida, de carácter privado pero con plazas concertadas con la Administración. Esa debería ser la noticia. Pero para la derechona, el abusador no tiene nombre, solo es el ex marido de Mónica Oltra, y el centro no es religioso.

En lugar de decir que Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, ha debido convivir con un abusador, se le pide responsabilidades. Y mientras se exige cuentas a la Administración, se usa manga ancha con la Iglesia. El doble rasero siempre por delante.

Se quiere contaminar todo. Tanto, que un medio, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha ilustrado la noticia con una foto de Mónica Oltra junto a Pablo Iglesias. El colmo. Ya no solo se quita el foco del culpable, sino que se relaciona el delito con el líder de Unidas Podemos. Se enciende oficialmente el ventilador. Cuando la realidad no cuadra, se relaciona hechos inconexos para concluir en una acusación a la carta.

Así es que, por ejemplo, Rafael Hernando, senador del Partido Popular, en uno de sus habituales tuits, ha relacionado el cambio climático con los ERES de Andalucía, para acusar a Pedro Sánchez de volar en el Falcon a por “churros”. No, no es un chiste, así está publicado. Hernando ya puede competir con las frases convulsas sobre los alcaldes, dichas por Mariano Rajoy Brey, o con la indemnización en diferido del ex Tesorero del PP Luis Bárcenas, según la versión Mª Dolores de Cospedal.

 Los “churros” que fue a buscar el presidente en funciones estaban en Londres y eran la cumbre de la OTAN. No hace falta ser muy lúcido para saber que, si Sánchez no hubiera ido a la cumbre, el mismo Hernando habría puesto el grito en el cielo, y esta vez con razón. En cuanto a ir con el Falcon, es un tema sobre el que ya no cabe el menor análisis. Es uno de los aviones oficiales de la Presidencia del Gobierno, que también utilizaron José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy Bey.

En las últimas semanas, salió a la luz un presunto caso de violación en un conocido programa de televisión. Casi todas las imágenes que vemos para ilustrar la noticia son las de la presunta víctima. El nombre que suele aparecer también es el de ella. Seguimos comunicando de una manera machista, en la que la figura de la mujer es siempre la protagonista por encima de la del abusador.

La Comunidad Valenciana no merece todo eso. Los que pretenden dar lecciones y acusan a Mónica Oltra, a la que llaman ultraizquierdista, son los mismos que aplaudían con las orejas a Carlos Fabra, condenado por cuatro delitos de fraude fiscal, o a Francisco Camps, imputado por prevaricación y fraude en el caso Gürtel, por la visita del Papa Benedicto XVI y por la construcción del circuito de Fórmula 1 en la capital del Turia.

Ahora, con el ex marido de la política de Compromís se repite un esquema de insulto, a imagen y semejanza del que farfulló desde su escaño del Congreso la ex diputada del PP Andrea Fabra, en el transcurso de un debate sobre los parados. “Que se jodan.” La versión actual sería que las mujeres se jodan, y esto es algo que no se puede consentir.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com