Resultó triste y decepcionante tener que ver a diputados del PSOE votar “abstención por imperativo”. En dicho partido no hay libertad, no se respeta a sus militantes ni tampoco a sus diputados. Ese no es el Partido Socialista que necesita España.

Ese Partido Socialista, que no olvidemos sería hoy por hoy el único partido alternativo al PP, necesita un cambio radical con nuevas personas y propuestas, pero sobre todo lo que necesitaría ese nuevo partido socialdemócrata es quitarse de en medio esos viejos gobernantes que se creen la esencia del PSOE, aquellos que gobernaron en el 82 ya no sirven en 2016, así de sencillo, aunque doloroso para algunos de ellos. Existe una cosa denominada jubilación, prudencia y respeto. Su hora ha pasado, aunque los sigan utilizando televisiones de derechas para criticar a los que se supone son sus compañeros.

La nueva socialdemocracia no necesita a un Felipe González, que en su día hizo muchas cosas bien y algunas muy mal, emparejado a un Juan Luis Cebrián que creó un periódico de referencia en su día y que ahora se ha convertido en un panfleto en defensa del centro derecha, pro judío y sectario al que recientemente se ha unido Rubalcaba, con lo bien que estaba en sus clases en la facultad.

El actual PSOE tiene las cañerías atascadas, oxidadas y malolientes. Se les está juzgando por casos de corrupción en Andalucía. Y me pregunto, ¿dónde estaba Susana Díaz cuando ocurría eso? Esa misma mujer que quiere imponer su estilo caciquil a través, eso sí, de terceras personas. Ella nunca habla claro. Se mantiene en la sombra jugando a mover fichas y preparando su asalto a Madrid manipulando lo que ella considera sus incondicionales, siempre sin dar la cara.

Al actual Partido Socialista le sobran portavoces que ayer defendían una cosa y al día siguiente la otra, ¿para qué? Para mantener su puesto. Si es así, Hernando se ha equivocado pues ha pasado a la categoría del “traidor”.

De la misma forma que al partido socialista le sobran miembros de una gestora que antes de tomar decisiones llaman a la jefa en la sombra. No dan un paso sin su consentimiento.

También le sobran personajes, que quizás por ignorancia o por falta de información, sólo abren la boca para hablar mal de del Partido Socialista Catalán. Simplemente son seres rígidos incapaces de comprender a los demás y a estas alturas de la contienda de darse cuenta de que dentro del territorio español hay lenguas diferentes, culturas distintas, sensibilidades de todo tipo. Que las cosas no son blanco o negro y que existe la escala de grises.

Toda esta gente sobra de un partido socialdemócrata, tenga las siglas que tenga.

Quizás alguien tenga que poner la primera piedra para hacer uno nuevo, porque lo que tenemos no sirve y además produce vergüenza.