Generalmente las preguntas relacionadas con la fiscalidad se plantean en un orden equivocado. Antes de resolver la disyuntiva sobre la subida o la bajada de impuestos resulta necesario responder a una cuestión anterior: ¿para qué? ¿Qué objetivos y necesidades queremos cubrir con los recursos obtenidos? Si tenemos clara la respuesta a esta pregunta, será más fácil despejar las incógnitas subsiguientes: ¿cuántos impuestos?, ¿qué impuestos?, ¿a quién cobrárselos?, ¿cómo? y ¿cuándo?

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