Hace unos años, de ministro de Industrias, Montilla, hombre de origen de una apartada casilla en los campos de Iznájar, tuve la oportunidad de felicitar por el nombramiento de su excelencia a mis amigos de una cooperativa de Cuevas de San Marcos, pueblo convecino, uno de ellos me indicó que lo hiciera a su tía que escoba y recogedor en mano barría la sala de dónde estábamos ¡qué íntima alegría! y Wert con esos pelos.
El gazpacho que nos espera este otoño está envasado entre los legajos de los sumarios, tan inquietos como inquietantes, y tan indigestos como infumables. La empresa de Genova13, ha machacado las pruebas del delito de los ordenadores de Bárcenas, y todos tan amigos, menos los enemigos que pretenden destruir al PP y a España en diferido ¡qué descaro! Urdangaromanía tiene problemas con la factoría de envases, entre mantenerla aislada en el ducado, o trasladarla a la orilla del Turia, para que el tribunal del desagüe pueda empurar a don Camps y doña Barberá, que pasan de desaforados gastosos a aforadas señorías. Los ERE transcurren con calma impropia entre el carrito de la jueza Alaya; y mientras los catalanes enfilan las manos, una de espías pretende disimular el caso Palau….
Diez millones de euros es el baile de números del fichaje de Bale, calderilla para Florentino con pólvora ajena. Mientras se preparan la cuenta atrás de los sesenta días que le darán al comandante en jefe USA, para poner más tomate sangriento en Siria. Muttie Angie de nuestros dolores ganará las elecciones alemanas, mientras los madridistas se desozilgenan del germano. Y más tomate…
Mientras apuro el verano con los ojos puestos en “Legado de Cenizas” de Tim Weiner, libro clásico para enterarse de los grandes errores en la historia de CIA, un buen aviso para navegantes a la hora de darle crédito, a tan tremenda máquina de descrédito. Me apunto a las investigaciones de la ONU, antes de que el tomate de Oriente Medio se convierta en una sangrienta tomatada.
* Curro Flores es asesor cultural de Málaga