Eso por no hablar de la corrupción que campa a sus anchas por todos los estamentos políticos y en todos los partidos fomentando la desafección y el hartazgo. La corrupción no pasa factura a la derecha pero sí a la izquierda. Por más que la corrupción sea más y más grave en el PP los muchos imputados que también el PSOE ha protegido le pasan a éste una factura mucho mayor que al partido de la derecha, y no solo por no cumplir con sus compromisos de limpieza, sino por no combatirla con dureza en todos los ámbitos, por no impedir con leyes, cuando han tenido mayoría suficiente como para aprobarlas, que la suframos todos. La corrupción se ha extendido como una mancha que nos ha llenado de desazón, de apatía, de ganas de quedarnos en casa, de rabia contra los que gobiernan.
Dentro del PSOE los análisis que se hacen parecen estar dirigidos a evitar la descomposición del partido. Como dijo Ibarra: “hay que hacer lo mejor para el partido”, demostrando que en esta partitocracia que padecemos y que ha denunciado el movimiento 15M, se confunde “el partido” con la sociedad o con sus votantes. Los partidos se han convertido en enormes estructuras, con miles de puestos de trabajo, con técnicos, asesores, consejeros y expertos electorales que han terminado funcionando como empresas alejadas de la realidad y lo que es peor, de los primitivos valores, principios e ideología. A estos técnicos contratados para ganar elecciones parece a veces que la ideología les molesta en lugar de verla como la razón de ser de un partido.
Si el PSOE ante la derrota, en lugar de escuchar a los votantes que a pesar del enfado le hemos votado y escuchar también a los votantes que ha perdido, se cierra sobre sí mismo para protegerse como partido, si se dedica a echar la culpa a la sociedad en lugar de a sus políticas, si se dedica a discutir sobre caras y nombres en lugar de sobre programas y políticas, no sólo estará favoreciendo una derrota en 2012 de proporciones históricas, sino que estará consumando una traición a toda la izquierda española; una traición de la que algún día tendremos que pedirles cuentas. ¿Es así como quiere pasar a la historia Zapatero?
Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)