¿Cuántos estremecimientos profundos produce en la ciudadanía leer en el diario Le Monde de hoy, 19 de mayo, el siguiente título: “Viento de pánico y fuga de capitales en Grecia y en España”. Mientras nos acercamos inexorablemente –en términos económicos y sociales- al abismo, Rajoy y sus ineptos ministros deben de distraerse, jugando, al parecer, en el Palacio de la Moncloa a soldaditos de plomo. O a soldaditos de verdad, de carne y hueso, al paso que vamos en la trayectoria hacia la guerra.

Políticos de pitiminí y suspendidos
Estamos en manos de políticos de pitiminí, que han sido suspendidos en las encuestas conocidas. Estamos también en manos de jueces de máximo nivel. Ahí está el caso abrumador del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, presunto depredador en sus numerosas escapadas a los hoteles más caros de Marbella.

Iba acompañado
No iba solo. Iba acompañado. ¿Quién acompañaba a Dívar? ¿Cómo es posible que este señor -tan católico, tan meapilas, tan cercano al cardenal Rouco Varela- dedicara muchos días, durante semanas, meses y tal vez años, y con el dinero de los contribuyentes, a vivir como un rajá en las hermosas playas del sur?

Increíble nombramiento
Su acceso al más alto cargo de la Judicatura española le llegó como fruto del consenso entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Sería oportuno que  Zapatero explicara a los ciudadanos las razones que le impulsaron a tan increíble nombramiento.

¿Quién gobierna ahora?
Sin duda, Zapatero tendría que pedir disculpas por semejante patinazo. Pero, en todo caso, quien gobierna ahora España es Rajoy. ¿Alguien  ha escuchado al presidente del Gobierno pronunciarse sobre Dívar y, por supuesto, pedir asimismo perdón por tal designación? Nadie.

Estado tambaleante
El Gobierno se encuentra en estado más que tambaleante, Rajoy calla, se escapa, se oculta, no da la cara, miente. Y, entretanto, el poder judicial lo ostenta un presunto tramposo o, hablando más  claro, un presunto delincuente. Situación excepcional, la de España.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM