Feijóo repite curso político. Y lo empieza como terminó el anterior, insistiendo en su discurso de odio, crispación y bulos. Sigue sin entender la necesidad de cordones sanitarios al populismo y la desinformación de la ultraderecha para evitar resultados electorales como los de Alemania. Sigue reclamando nuevas elecciones. Sigue sin propuestas para mejorar la vida de la gente. En definitiva sigue sin entender absolutamente nada.

Un curso político que ha iniciado Feijóo en la localidad pontevedresa de Cerdedo-Cotobade, en su tierra, en Galicia. Únicamente allí lo siguen jaleando, porque en el resto de comunidades donde gobierna el PP lo quieren cada vez menos. De hecho, mientras el año pasado en dicho acto de apertura de curso estuvieron la mayoría de los presidentes autonómicos populares en Galicia, este año solo han ido una cuarta parte, y porque uno de ellos es el presidente de la Xunta. Feijóo cada día está más solo y aislado.

Aunque los medios de la derecha estos días se empeñen en publicar múltiples encuestas donde Feijóo se dispara, no cuela. No cuela, porque faltan tres años para los próximas elecciones, y nadie sabe quién liderará entonces el PP. Y además, la credibilidad de las encuestas de los medios de derechas ya lo comprobamos el 23J. Deberían ser un poco más cautos.

¿Cuál ha sido el primer mensaje de Feijóo en este nuevo curso político? Una frase para enmarcar. “Se me ha hecho muy largo el primer año de legislatura”. Lo mismo es que como él no está muy acostumbrado a trabajar, la celebración de tantas elecciones autonómicas lo ha cansado. No sabemos si esta es la razón. Lo que sí sabemos es que al resto de españoles su primer año de oposición sí se nos ha hecho muy muy largo.

Sus políticas del último año han quedado reducidas a muchos improperios y a bastante fango. Eso sí, con una falta absoluta de propuestas para mejorar la vida de la gente. Feijóo, en cualquier caso, debería tomarse esto de liderar el PP con paciencia, porque al menos le quedan tres años en oposición.

Y hablando de improperios, en su primera entrevista radiofónica este nuevo curso le ha faltado tiempo para llamar “caudillo” al presidente del Gobierno. ¿De verdad este es su nivel? ¿Esta es su altura política Sr. Feijóo? Además de insultar, ¿sabe hacer algo más?

Y hablando de falsedades. No insulte nuestra inteligencia. ¿A quién pretende engañar Sr. Feijóo hablando del peor gobierno de la historia? El gobierno de Pedro Sánchez es el que más ha subido las pensiones, el Salario Mínimo, la investigación y las becas? ¿Cómo sigue hablando de catastrofismo cuando hoy en España se crea más empleo y de más calidad que nunca? ¿Cómo cuestiona al presidente socialista cuando hoy nuestra economía es la locomotora de Europa? ¿Cómo habla de apocalipsis cuando la evolución del precio de la energía en España en 20 puntos menor que la media de la UE? ¿Hasta cuándo pretende el PP seguir engañándonos?

Y hablando de mentiras. ¿Cómo puede decir Feijóo que este gobierno no tiene apoyos? El que no tiene apoyos es él, que sólo tiene el “cariño” de Abascal, el resto de los partidos no quieren ni acuerdo ni entendimiento con el PP. Está más solo que la una ¿por qué será? Le recuerdo Sr. Feijóo que en la investidura, Pedro Sánchez, obtuvo el apoyo de ocho partidos políticos.  Ya lo quisiera usted.

Y que el aún líder del PP hable de escándalos es de traca, por no decir, que es de un cinismo superlativo. Usted, Sr. Feijóo, es presidente del PP, porque Casado cayó por denunciar una supuesta trama de corrupción del entorno de Ayuso. Nunca lo olvide. Pero si quiere hablar de escándalos empiece a dar explicaciones, sobre todo lo que está apareciendo en medios de comunicación, en relación a las adjudicaciones de contratos por parte de numerosas instituciones del PP, a la empresa donde su hermana es directiva. O las causas abiertas en varios juzgados de Madrid que afectan a la cúpula directiva del PP.

¿Cuáles son las nuevas propuestas de Feijóo para este curso político? Ninguna. Es decir, más de lo mismo. Presentar un recurso contra la amnistía; derogar el concierto económico para Cataluña; denunciar los barracones en los colegios de Cataluña y llamar frívolo al presidente del Gobierno por buscar una solución al problema de la inmigración. Vamos por partes.

Sr. Feijóo, usted ha dicho ante numerosos medios de comunicación que si usted gobernase habría aprobado una amnistía, ¿entonces por qué quiere presentar ahora un recurso para derogarla?

¿Cuestiona un concierto económico para Cataluña? Pero si fue usted quien lo propuso en 2016 en una intervención en el Círculo de Economía, cuando ejercía como responsable autonómico del PP. Así mismo se lo han dicho en su reciente entrevista en Onda Cero y no sabía donde meterse.

Sr. Feijóo, si quiere hablar de barracones en colegios, llame a Moreno Bonilla porque Andalucía es la comunidad de España con mayor número de barracones, fruto de la falta de inversiones en educación pública.

Respecto a la inmigración, deje de ser tan xenófobo y deje de hacerle el juego a Abascal, que se le nota demasiado su “tufillo” a ultraderecha, y ponga un poco de orden en su partido, porque cada vez que habla alguno de los suyos sobre esta cuestión, dicen cosas diferentes.

De lo que Feijóo no quiere hablar es de Presupuestos Generales del Estado. El PP no quiere hablar porque no quiere que se aprueben. Están en contra de que se suban las pensiones, no sabemos si a los mayores votantes del PP se les olvidan estas cosas. No quieren que se incrementen las partidas ni en sanidad ni en educación, ni en becas ni para la Dependencia. No quieren que haya bonos para el transporte público ni para el alquiler de los jóvenes ni para nada que sea bueno para los ciudadanos. Aunque de esto no hablarán los medios de derechas.

Feijóo sabe que su tiempo ha concluido, sabe que en el PP está cada día más solo, sabe que no lo dejarán volver a presentarse como candidato. Por eso ni siquiera se esfuerza en hacer algunas propuestas ni en modificar su discurso ni en buscar soluciones al principal problema de la gente que es la vivienda y que es competencia de los presidentes y presidentas de las comunidades del PP que se niegan a bajar los precios de los alquileres. Pero a Feijóo, en su huída hacia adelante, ya todo le da igual.

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