Gracias por convertir el momento de la aprobación de la ley en un momento parlamentariamente muy importante; por conferirle la importancia no sólo legal, sino también simbólica que se le dio, porque podría haberse hecho de manera que pasara más desapercibido de manera que pareciera un simple trámite legal. Para muchas personas, como yo misma, que llevábamos décadas comprometidas con esa lucha para que la ley se aprobara como se aprobó, que pudiéramos vivir aquel momento con tanta solemnidad fue muy importante: el epílogo necesario para nuestra pelea de tanto tiempo. Darle menos importancia hubiera significado robarnos algo.

Gracias también por proporcionarnos la oportunidad de ser parte de algo a lo que en este país no estamos acostumbrados y que no será fácil vivir de nuevo: ese momento en el que España se puso a la vanguardia del mundo en derechos, libertades, igualdad y dignidad de las personas y que después pudimos llevar con  alegría por todo el mundo, especialmente por los países hermanos de América Latina. Gracias a nuestro ejemplo, después de España el matrimonio se ha aprobado en varios de estos países, en algún país europeo, en Nueva York muy recientemente también.

Gracias por haber hecho realidad la igualdad legal, algo que apenas unos años antes parecía un sueño. Y gracias por la fuerza que eso nos da para el futuro porque si la derecha nos lo arrebata, como amenaza con hacer, sabremos cómo hacerle frente porque tenemos la seguridad de que la igualdad legal es un derecho básico sin el que no se puede vivir. Y pase lo que pase, sabremos también que podemos volver a conseguirlo si es necesario, porque lo hemos vivido y es imposible olvidar eso. Así que en la hora de la despedida de Zapatero me gustaría darle las gracias por haber sido un aliado imprescindible en la lucha por nuestra igualdad. Gracias.

Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)