Tiene toda la razón el vicecoordinador de la campaña socialista, Antonio Hernando: “Antes de que empiece una nueva campaña electoral, Mariano Rajoy debe dar explicaciones respecto a la campaña electoral del 2008 (…) Rajoy debe decir cómo se financió esa campaña, quién o quiénes pusieron dinero para pagar actos de campaña y quién era el administrador electoral a quien él nombró siendo candidato. Ya no se trata de tres trajes sino de algo mucho más grave y sucio como es la financiación ilegal de una campaña electoral”.

Encubrió durante más de dos años
Por su parte, el portavoz adjunto del Grupo Socialista en el Parlamento Autonómico valenciano, Francisco Toledo, ha puntualizado: “De los 55 diputados del PP un total de 14, el 25%, están imputados o implicados en graves casos de corrupción, y el candidato nacional del PP mira hacia otro lado (…) El hecho de que Rajoy pudiera haberse beneficiado de Gürtel directamente puede explicar por qué encubrió durante más de dos años a Francisco Camps”. Toledo considera que los populares “han instaurado en la Comunitat Valenciana un sistema generalizado de corrupción, y el caso de los trajes sólo era la punta del iceberg”.

Prisas sin recato alguno
Ahora se entienden casi a la perfección las prisas, sin recato alguno, del PP exigiendo adelantos electorales. Sabían los dirigentes conservadores que cuanto antes se cerraran las urnas, más se blindaría Rajoy frente a cualquier asunto letal que le estallara en sus manos. Eso es lo que ha ocurrido y pueden surgir aún más episodios ominosos que pongan al jefe de la derecha española contra las cuerdas. Es muy difícil que Rajoy consiga evadirse de la oleada judicial que puede venírsele encima.

Amistades peligrosas
Hay fotos incluso, de mítines de 2008, en las que aparece Álvaro Pérez, El Bigotes, cerebro de la trama Gürtel en el País Valencià, en plena faena de servicios puntuales a Rajoy. No hace falta más que recordar las amistades peligrosas, con toques hasta obscenos, entre Francisco Camps y El Bigotes, según comunicaciones telefónicas avaladas por la justicia. ¿Evocaremos además -ahora que Benedicto XVI vuelve a España- la breve estancia del Romano Pontífice en el verano de 2006 en Valencia, lo que generó un pelotazo multimillonario en provecho de los gürteles y sus amigos políticos y empresarios?

Ni un euro
Nada, absolutamente nada, indica que Ratzinger se metiera ni un euro en su sotana. Pero este affaire en el que algunos se forraron a costa del Sumo Pontífice fue todo menos transparente. La ley del silencio la fomentó Camps, que ocultaba así, de forma deliberada, papeles muy comprometedores, prohibidos a la oposición. La financiación ilegal del PP valenciano o, según y cómo, del PP a escala estatal, no es únicamente una sospecha menor. Es precisamente todo lo contrario.

Pruebas solventes
Rajoy debe dimitir de inmediato, si no es capaz de aportar pruebas solventes que borren del todo las pruebas de la Fiscalía Anticorrupción. La cuestión de fondo se resume en una pegunta como ésta: ¿Conviene a los españoles que el futuro presidente del Gobierno pueda ser un presunto delincuente?

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM