A diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones, esta vez no existe la mínima fisura en el partido, todos defendemos la honorabilidad de Paco y nadie mejor que nosotros entiende lo que hizo y el porqué lo hizo. La primera en salir en su defensa ha sido quien está más cercana al presidente, nuestra alcaldesa valenciana, que se muestra no sólo solidaria con él, sino preocupada por su sufrimiento. Rita, como ella misma ha reconocido, sabe lo doloroso que es recibir regalos, aunque en su caso no acertaran con el detalle, ya que en lugar de inútiles bolsos de marca, hubiera preferido objetos más útiles como corbatas, trajes o un buen equipo de afeitado.

Ana Mato también se ha solidarizado con el buenazo de Paco, y no entiende que se haya armado semejante revuelo por unos miserables trajes, cuando ella por menos de un Jaguar no se molesta en abrir un paquete. Y dice más Ana, viene a poner en palabras lo que todos pensamos en el partido, que si los valencianos lo han votado queda exonerado de toda culpa.

También el nuevo presidente de Extremadura, José Antonio Monago, cree ciegamente en la inocencia de Camps, que es la mejor manera de creer en ella. La propia Cospedal ha ofrecido a Paco pagarle con alguno de sus sueldos, lo que necesite para salir del apuro. Pero quienes más apoyo están dando son quienes han sufrido o están sufriendo en propias carnes la persecución de la injusticia española. Me consta que no pasa un día sin que reciba el consejo de hombres como Matas o Fabra, tan honorables y tan perseguidos como el propio presidente valenciano.

Incluso nuestro presidente de honor, nuestro timón, nuestro soporte moral, el mismísimo José María Aznar, ha prometido que en cuanto termine de resolver unos asuntillos que lo tienen ahora ocupado sobre unas nimiedades de escuchas y espionaje, piensa poner todo su prestigio y sabiduría al servicio de la defensa de quien sin duda es uno de los hombres más honestos del Partido Popular.

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