Este mes, en la zona rural de Jerez, bomberos forestales recibieron bocadillos de carne mechá “en mal estado” tras una jornada sofocando un incendio. Días después, en Villanueva del Rey (Córdoba), otro equipo fue alimentado con bocadillos con dos lonchas de jamón York, sin aceite ni tomate, tras un incendio que quedó controlado después de más de 30 horas de lucha contra el fuego. Son dos denuncias sindicales recogidas en La Voz del Sur. ¿Así trata Moreno Bonilla a quienes lo dan todo para salvar vidas, casas y montes? ¿Hay derecho a esto?

Pero es que además la situación es insostenible. Faltan 300 efectivos en el Infoca. Eso significa retenes incompletos, turnos agotadores y zonas sin cubrir. Los propios sindicatos lo repiten: “Para hacer frente a estos incendios, 3.000 bomberos para Andalucía son pocos”. Sin manos suficientes, el riesgo aumenta y la calidad de la respuesta se desploma.

El colmo es que el personal lucha contra el fuego con cascos caducados según otra denuncia sindical. Dichos cascos fueron fabricados en 2016, con una vida útil de ocho años ya superada. La Inspección de Trabajo ordenó sustituirlos antes de la campaña de 2025, pero la Junta no cumplió. Obligar a los bomberos a trabajar con material obsoleto es no solo una irresponsabilidad política, sino un desprecio a su seguridad.

Moreno Bonilla presume de un “presupuesto récord” de 257 millones y 4.700 efectivos. Pero la realidad desmiente esa propaganda: no se cubren todas las plazas, no se renuevan equipos y no se paga ni la antigüedad comprometida.

Un bombero forestal andaluz cobra alrededor de 1.400 euros al mes. Se juega la vida entre llamas, soporta temperaturas de 44 grados y carga mochilas de más de 20 kilos en caminatas de kilómetros… por un sueldo indigno, sin pluses de peligrosidad, nocturnidad ni penosidad.

En la práctica, un trabajador con 30 años de experiencia apenas gana 50 euros más que un recién llegado. La antigüedad, que se cobra en casi toda la administración pública, aquí se niega. Y es que Moreno Bonilla trata a los bomberos forestales como si fueran un gasto incómodo, no un servicio esencial.

A eso se suman decisiones absurdas, como la compra de furgonetas por parte de la Junta que no entran en los caminos de monte. ¿Y entonces para qué la quieren? ¿A quién se le ha ocurrido esta brillante idea? Muchos bomberos tienen que bajarse en el Puesto de Mando y caminar a pie varios kilómetros hasta la primera línea de fuego. Con mochilas cargadas de agua, con un calor extremo, con el fuego avanzando.

Y después de 14 horas seguidas apagando un incendio, a veces a cientos de kilómetros de sus casas, y la “recompensa” es mandarlos a dormir a un albergue. Ese es el reconocimiento que reciben por defender nuestro patrimonio natural. La dignidad brilla por su ausencia.

Esta semana cientos de profesionales del Infoca volverán a salir a la calle, en este caso será en Cádiz, bajo el lema “Infoca no se vende, se lucha y se defiende”, reclamando mejoras laborales urgentes para el colectivo. La concentración está convocada por CCOO, UGT, CGT, Sibfi y Movimiento Infoca y exigirá el respeto a la antigüedad, un dispositivo operativo al cien por cien, traslados dignos, vehículos seguros y dotación suficiente de EPI. “Porque cuidar el monte también es cuidar a quienes lo protegen”, 

Moreno Bonilla se llena la boca hablando de modernización, pero la realidad es otra: bocadillos miserables, material caducado, salarios bajos y noches en albergues. Eso es lo que hay detrás de las fotos oficiales y los anuncios triunfalistas.

Un Moreno Bonilla que mientras Andalucía ardía estaba desaparecido. ¿Dónde estaba durante los incendios de Tarifa, Zahara, Huelva o Sierra Norte de Sevilla? Ni en primera línea, ni apoyando a los equipos, ni asumiendo responsabilidades. El fuego ha quemado ya casi 300 hectáreas más que el año pasado en Andalucía. ¿Dónde está Moreno Bonilla?

El cambio climático hace que los incendios cada vez sean más grandes y más destructivos. Andalucía es un polvorín cada verano. Pero en vez de reforzar la prevención y estabilizar la plantilla, la Junta apuesta por contrataciones temporales que ni siquiera cumple. Los incendios no entienden de propaganda. Exigen medios, planificación y personal suficiente. Y ahí Moreno Bonilla falla una y otra vez.

El Gobierno andaluz asegura ser “la comunidad más avanzada” en aplicar la Ley Básica de Bomberos Forestales. Pero los sindicatos lo desmienten: la ley está en un cajón, las mejoras no llegan y la jubilación a los 59 años sigue sin aplicarse.

Moreno Bonilla no acompaña a los bomberos en los incendios, no responde a sus denuncias y no cumple con sus compromisos. Prefiere culpar a Madrid o a Bruselas, antes que asumir la responsabilidad de cuidar a su propio dispositivo. Esa estrategia del “y tú más” puede servir en los debates, pero no apaga incendios.

La indignación de los bomberos y de la ciudadanía se concentra en una imagen: el bocadillo. Hace un año fue mortadela en Cerro Muriano; este verano, jamón york en Villanueva del Rey. La historia se repite porque nada cambia.

Ese bocadillo es mucho más que una comida indigna: es el símbolo del desprecio institucional hacia quienes arriesgan su vida. Mientras Moreno Bonilla se esconde, los bomberos se alimentan de migajas, literalmente.

Los bomberos forestales son soldados del fuego. Viven cada verano en guardia permanente, conscientes de que un cambio de viento puede atraparlos. Y lo hacen por un sueldo de 1.400 euros al mes, con material obsoleto y con un presidente andaluz ausente.

Son héroes maltratados por la administración que debería protegerlos. Y mientras ellos ponen el pecho frente a las llamas, Moreno Bonilla se esconde detrás de la propaganda. Los incendios son un desafío creciente y cada vez más peligroso. Andalucía no puede permitirse un gobierno que los enfrente con propaganda en vez de con recursos. No se trata de discursos, se trata de respeto, inversión y dignidad.

Andalucía precisa un compromiso real con quienes defienden cada verano nuestras vidas, nuestras casas y nuestros montes. Y ese compromiso empieza por lo más simple y lo más justo: cuidar a quienes nos cuidan. Todo lo demás Sr. Moreno Bonilla son vanas excusas.

Quiero terminar este artículo agradeciendo a todos estos héroes que luchan contra los incendios forestales en Andalucía y en el conjunto del país: bomberos forestales, UME, Policía Nacional, Guardia Civil, servicios de emergencias, Protección Civil y a todos los que lo están dando todo por combatir el fuego en nuestro país. Admiración y respeto.

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