La legalización de Bildu supone un paso gigantesco en la lucha contra el terrorismo de ETA. Confirma la mayoría de las previsiones respecto a que la banda armada se encuentra cada vez más frágil, más asfixiada y más a la deriva. Dos partidos legales, Eusko Alkartasuna y Alternatiba -nítidamente contrarios a la práctica de la violencia como instrumento político- forman parte de Bildu. Sólo este dato debería hacer reflexionar a quienes ya han comenzado a interpretar el visto bueno del Constitucional como la prueba del nueve de la rendición del Gobierno Zapatero ante la cúpula –lo que queda de cúpula- de ETA. Los otros integrantes de Bildu proceden del ámbito abertzale que, desde hace bastante tiempo, ha ido avanzando en su reproche al terrorismo de ETA y en su apuesta por conformar una plataforma independentista, asentada no en las bombas, sino en los votos.

Los fantasmas del facherío
“El PSOE lleva a ETA a las urnas”, advierte hoy a toda página el diario La Gaceta, de inequívoca orientación ultramontana. La presión mediática conservadora es muy potente y era lógicamente previsible que volvería a movilizarse sacando a pasear, una vez más, a todos los fantasmas que rodean al facherío disfrazado de PP. Los medios afines a Génova 13 se lanzarán a la yugular del PSOE, acusando a los dirigentes socialistas -como difunde con frecuencia el gurú Mayor Oreja- de claudicación o complicidad ante ETA. El asunto Bildu estará, pues, presente y bien presente en la campaña electoral que ya ha empezado formalmente.

Eficacia en el combate
Bildu no es ETA. Bildu no ayuda a ETA. Bildu no desea en absoluto que siga ETA matando y amedrentado a los ciudadanos de Euskadi y, por supuesto, del conjunto de España. Estamos cerca del fin de ETA. El Gobierno socialista ha gestionado con eficacia, desde 2004 a día de hoy, el combate contra los asesinos. Ha cometido errores y ha entrado en contradicciones de cuando en cuando, lo que es tan normal como la vida misma. Pero nadie podrá decir –salvo los mentirosos compulsivos que trabajan para la derechona- que el balance de estas dos últimas legislaturas, con Alfredo Pérez Rubalcaba de ministro del Interior, es magnífico.

Hipótesis verosímil
¿Y por qué lo odian tanto desde las tribunas populares? Porque no aguantan la hipótesis –perfectamente verosímil- de que ETA desaparezca de hecho estando José Luis Rodríguez Zapatero aún en La Moncloa. Temen, y no les falta razón, de que –a pesar de las encuestas- Mariano Rajoy acabe evaporándose. Rajoy, sí, o, como el título de la novela de Milan Kundera “la insoportable levedad del ser.”

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM