Coincidiendo con el bajón precipitado de las temperaturas los comercios especializados en el mantenimiento del hogar, desde los grandes centros de bricolaje hasta las ferreterías de barrio, han empezado a llenar sus escaparates y estanterías con toda clase de productos para mejorar el aislamiento de la vivienda.

Burletes adhesivos, perfiles bajeros para puertas, tubos y aplicadores de silicona para renovar el sellado de las ventanas, cortinas y alfombras de toda clase y medida. Más allá de su carácter decorativo, el empleo de este tipo de artículos puede ser una de las mejores inversiones que hagamos en nuestro hogar desde el punto de vista económico y ecológico.

Un aislamiento correcto de la casa reduce el consumo de la calefacción en invierno (y del aire acondicionado en verano) abaratando sensiblemente los recibos del gas y la electricidad. Pero también supone un importante beneficio para el medio ambiente, ya que contribuye a disminuir las emisiones domésticas de CO2 vinculadas con el calentamiento global que está desestabilizando el clima del planeta.

Existe una serie de medidas, sencillas y de bajo coste, que ayudan a aislar eficazmente la vivienda sin realizar ningún tipo de obra. Una de las más eficientes es el empleo de las tradicionales cortinas y alfombras de invierno. Con independencia de su función ornamental y más allá de los gustos, lo cierto es que el uso tradicional de estos revestimientos del hogar tiene notables efectos aislantes, pues aumenta hasta en un 20% la retención del calor, que perderíamos al entrar en contacto con el frío suelo, las paredes o las cristaleras.

Con el paso de los años las juntas pierden su capacidad de sellado, por lo que además de calor por ahí estamos perdiendo dinero

Una actividad de bricolaje casero para ahorrar energía con la calefacción es acercarse a una tienda especializada, comprar un tubo de silicona con aplicador y repasar manualmente todas las juntas de las ventanas, algo nada complicado y que podemos hacer nosotros mismos con un poco de destreza. Con el paso de los años las juntas pierden su capacidad de sellado, por lo que además de calor por ahí estamos perdiendo dinero.

Otro elemento aislante que también requiere su sustitución con el paso del tiempo son los burletes autoadhesivos del interior de los marcos y las hojas de las ventanas, así como las láminas aislantes de los bajos de las puertas. El aire caliente también se escapa por las juntas de las cajas en las que se enrollan las persianas. Para evitarlo podemos aislar el interior de las tapas y colocar cinta aislante ancha del mismo color en las juntas.

La inversión requerida para realizar todas estas acciones en una vivienda estándar de unos 100 metros cuadrados no debería superar los 20 o 25 euros. Si tenemos en cuenta que el presupuesto medio en calefacción para una vivienda familiar puede rondar los 500 o 800 euros anuales y que una casa bien aislada puede ahorrar entre un 40% y un 60% de ese gasto, la verdad es que compensa.