Ha bastado un solo programa en televisión, “La Revuelta” de David Broncano, para que algo cambie en España y para que la derecha más extrema esté rabiosa. Desde la pandemia algunas televisiones privadas decidieron reconvertir sus programas del corazón en escaparates para llevar a cabo ataques permanentes y durísimos contra la figura del presidente del gobierno y para lanzar mensajes donde se alentaba el odio y la división entre españoles.

La derecha mediática, con sus televisiones privadas como punta de lanza, hacían más política de ultraderecha que la que hacían algunos grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados. Querían imponer una forma de pensar, un discurso que si no era fascista, se le parecía mucho. Y lo hacían sin ningún programa diferente, más plural, que sirviese de contrapeso. Todo esto se ha roto. Ha costado, pero se ha roto con Broncano.

“La Revuelta” es nuevo programa donde la gente se ríe. Una risa que se nos había olvidado. Una risa que, como aseguran filósofos y psicólogos, es fundamental para la vida. Una risa que aleja los negros nubarrones que algunos pretenden imponer en nuestro país con calzador.

Y con este nuevo programa en Televisión Española por las noches, ha entrado un vendaval de aire fresco, donde se invitan a escritores de reconocido prestigio; a científicos de primera línea referentes a nivel mundial; a deportistas de élite que son ejemplo de superación personal o a grandes actores vetados durante mucho tiempo por las televisiones privadas por no bailarle el agua. Por fin aparece esa otra España que llevaba demasiado tiempo “silenciada” en nuestro país y no para hablar de política ni para atacar a nadie, sino para divertirnos y pasar un buen rato. Como decía el otro día Jordi Évole con su fino humor en un tuit: “Indultos, amnistía. Y ahora nos llena el “prime time” de antropólogos y escritores. Menuda España nos está dejando el sanchismo”.

La derecha y la ultraderecha se pusieron muy nerviosos desde el anuncio de la llegada de este programa. Hicieron ataques hirientes y desmesurados. Pensaban que desde este programa de la televisión pública se iba a hacer la misma política que ellos hacen todos los días, desde hace años, en algunas televisiones privadas. Como dice el refranero español “Piensa el ladrón que todos son de su condición”.

Se equivocaron. Los “fake” de la derecha no se combaten con más “fakes”. Los ataques y el discurso del odio no se combaten elevando el diapasón. La gente está cansada del discurso tan falso y exacerbado de la derecha y la ultraderecha. La ciudadanía prefiere y necesita el humor, pero la derecha no sabe reír.

Han bastado pocos programas de “La Revuelta” para que la ultraderecha de Vox comience ya con sus protestas en el ámbito parlamentario. No quieren este programa, les da urticaria. Cualquier cosa que no hable sólo de ellos no les gusta. Cualquier cosa que no les sirva para imponer su discurso no va con ellos.

Por eso esta semana el portavoz de Vox ha preguntado a la presidenta de RTVE en el Congreso si en “La Revuelta” se va a hacer lo mismo que algunos hacen aprovechándose de su poder en las televisiones privadas. Esto es, generando miedo, con tertulianos que se desgañitan hablando mal del gobierno o falseando permanentemente la información. Vox incluso ha preguntado si van a invitar a Abascal al programa. Aunque lo inviten, no irá, porque jamás irá a un programa donde no le pongan la alfombra roja y donde no se hable exclusivamente de lo que él determine que se tiene que hablar.

A la derecha mediática se la ha roto el monopolio y lo saben. Han estado demasiado tiempo machacando sus mensajes, sin nadie que les tosiera y ahora esto les descuadra. Como a Ana Rosa le descolocó tanto el “valiente” Jorge Javier Vázquez, cuando le dijo hace pocas semanas, en el comienzo de la temporada de TardeAR: “Cuando te entren ganas de hablar de política, llámame a mí. Deja en paz a Pedro Sánchez. Va a continuar ahí. A ti te pasa con él lo que a mi con Ayuso, que no la soporto”.

Y con una segunda frase remató a Ana Rosa. Jorge Javier en nombre de su madre le planteó a presentadora: “Te pido que al menos una vez a la semana no hables de “okupas”, que mi madre tiene miedo de salir a la calle por ti”. Y es que retuercen la realidad y la falsean. En 2022 estos delitos bajaron un 3% en España y en 2023 se redujeron un 8,8%; pero les da igual. Lo importante es insistir en la falsedad para que la gente termine creyéndolos.

En este país la derecha se cree impune, pueden decir lo que quieran, sin que nunca sus medios los cuestionen. Solo algunos presentadores valientes se atreven a hacerlo, como esta misma semana hizo el Gran Wyoming, que ante las enfebrecidas declaraciones de Ayuso asegurando que “los ricos catalanes quieren que el resto de España seamos su mano de obra” no pudo más y le respondió. Su respuesta es para enmarcar: “Este tipo de declaraciones son falsas y demagógicas”, “ya está bien de fomentar las peleas entre los pueblos de España, para eso está el Gran Prix”.

Ha terminado la primera semana del nuevo programa de Broncano, y el fascismo se equivocó. Decían que sería un programa de lavado de cerebro y los españoles hemos visto que se trata de un programa de comedia. Nos mintieron. Decían que sería un programa mangoneado por el Gobierno y resulta que es un programa donde cabe todo el mundo, la pluralidad de España. Nos mintieron. “La Revuelta” ha sido un gran acierto. Ha sido el programa más visto en “prime time” por las noches esta semana. Esperemos que siga por mucho tiempo, porque España necesita más alegría, más risa y y menos odio.

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