Estoy encantado porque no hay límite de velocidad a 80 por hora entrando en Barcelona. Decían que había un límite para proteger la calidad del aire. Me pregunto, y a mí que me importa si en mi residencia de la montaña el aire es puro. También estoy encantado con la política económica de Mas. Hoy mismo compraré bonos de la Generalitat que los pagan a un buen precio lo que aumentará mi cuenta corriente, y veo con gratitud que este gobierno ha reducido las prestaciones sociales que solamente son una subvención a la vagancia.
Lo dicho, este gobierno un 10. El que no se conforma es porque no quiere. Ah, y además también tenemos monumentos estilo Fabra. Si el presidente de la Diputación de Castellón tiene un aeropuerto para pasear, los catalanes tenemos una prisión en Figueres que de noche es una maravilla. No hay presos, no funciona, pero está perfectamente iluminada. Voy con mi mujer a verla desde la montaña. Toda una preciosidad. Se la recomiendo.
Toni Bolaño es periodista y analista político