Núria Vilanova (Vilanova i la Geltrú, 1965), es una de las mujeres más influyentes en el sector de la comunicación de nuestro país. A los 18 años ya ejercía como periodista. En 2015, fundó junto a su madre la empresa Inforpress, que más tarde pasaría a llamarse ATREVIA, que actualmente es una de las empresas de comunicación líderes en España. Sus primeros objetivos fueron crecer y hacer que su empresa fuera cada vez más grande, algo que consiguió abriendo oficinas en diferentes ciudades del mundo. 

A día de hoy, ATREVIA es la mayor empresa de Comunicación y Asuntos Corporativos en España. Cuenta con oficinas en Portugal, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú, México, Miami, Ecuador, Guatemala, República Dominicana, Paraguay y Bruselas. Núria también es presidenta del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI). Además, es miembro de la junta directiva del Círculo de Empresarios y miembro de la junta de YPO Euro-Latam.

¿Realmente renunciamos?

Lo primero de lo que habla Núria es de la renuncia. Y es que muchos debemos renunciar a ciertas cosas por hacer otras, por perseguir nuestros sueños. Pero, como bien explica nuestra entrevistada, llega un punto en el que esas renuncias simplemente se transforman en dejar de hacer algo para hacer algo que te encanta, algo en lo que crees, personal y profesionalmente. “Me siento feliz de haber podido disfrutar lo que realmente llena mi vida. He podido crecer con mis hijos, con mi pareja, mi marido, mis amigos. No he tenido que renunciar a lo verdaderamente importante, las relaciones”, nos cuenta en esta entrevista de la serie 'Mujeres Extraordinarias', un proyecto realizado en colaboración con Renfe, cuyo objetivo es visibilizar el talento femenino.

Mi vida es un viaje continuo, no paro. Me gusta aprender

Una de las mayores pasiones de Núria Vilanova es viajar, algo que hace mucho por trabajo y que todavía no ha llegado a ser una carga para ella. Aún lo disfruta. “Mi vida es un viaje continuo, no paro. Me gusta aprender. Y realmente, ATREVIA ha sido una aventura de aprendizaje”, dice haciendo una especie de símil entre viajar y los más de 30 años que lleva siendo una de las empresas de comunicación pioneras en nuestro país. 

Un 'kilométrico' para unir sus dos primeras oficinas

Núria fundó su compañía con la mitad de los ahorros que consiguió reunir entre los 18 y los 23 años trabajando de periodista. “La otra mitad la gasté en mi pasión que es viajar y gasté esa mitad en viajar a Kenia y Tanzania. Para tomar fuerzas, volver feliz y empezar con ánimo mi compañía”, nos explica. Tras establecer su primera oficina en Barcelona, decidió abrir una sucursal en Madrid. Al principio, no tenía muchos recursos y viajar hasta allí le resultaba muy caro. Por eso, decidió comprar un kilométrico, de unos 30.000 o 50.000, un tipo de billete que le permitía viajar entre la capital y la ciudad condal de forma mucho más económica. “Ese kilométrico forma parte de la historia de mi compañía. Porque si no hubiésemos abierto desde el principio en dos ciudades, quizás, yo no hubiese sido consciente de que se puede hacer posible lo imposible” explica ilusionada. Después de Madrid, vinieron Lisboa y muchas otras ciudades repartidas por el mundo.

Todavía hoy hay muchísimos más directores de medios de comunicación que directoras

“Sigue habiendo pocos referentes femeninos. Yo crecí con un referente femenino en el ámbito profesional del periodismo. Todavía hoy hay muchísimos más directores de medios de comunicación que directoras”, nos cuenta. “Si que crecí con el ejemplo de mi madre, que representa a una sociedad a la que debemos mucho. Ellas sí fueron un ejemplo, porque igual que yo nací y desde el primer momento en mi casa oí que mi futuro era estudiar lo que quisiera para trabajar en lo que me gustara, hubo una generación anterior a la mía, la de mi madre, las abuelas de nuestro hijos que no tuvieron oportunidad. Les dijeron que para qué iban a estudiar, si tenían que casarse. Creo que nosotras podemos ser las que salimos en la foto, pero ellas son las que construyeron el futuro de hoy. Creo que a nosotras nos toca ponerle ambición a nuestras hijas y a las generaciones que vienen, para que sean conscientes de que sí se puede”, afirma rotundamente.

“Aunque en determinados momentos y lugares disfrutemos de una sensación de que ya lo hemos conseguido, abramos los ojos, porque no es verdad. Si miramos el mundo, no lo hemos conseguido”, expone tajantemente. Y es que como bien dice Núria, nos queda mucho por hacer. ATREVIA realiza estudios sobre la mujer en distintos ámbitos profesionales, como pueden ser los consejos de administración o comités de dirección. Algo que Núria asegura que está muy bien, pero “la igualdad no llegará mientras siga habiendo mujeres que sufren el maltrato físico, el abuso sexual o la explotación a través de la prostitución”.

“Siento mucho agradecimiento de tener otras mujeres, más mayores o más jóvenes, con quienes compartimos una visión”

Núria Vilanova se siente sorprendida al “descubrir” que es referente para muchas mujeres, sin importar su edad. “Me queda tanto por hacer, que no tengo la sensación de haber llegado a algo y poder ser un referente”, cuenta. Pero esto no hace que no se sienta agradecida cada vez que alguien la felicita por su trabajo en la calle. “Siento mucho agradecimiento de tener otras mujeres, más mayores o más jóvenes, con quienes compartimos una visión”

Colombia, un ejemplo para Núria Vilanova

Viajar, ha permitido a Núria Vilanova abrir su mente y conocer otras culturas, especialmente en América Látina. Inevitablemente, la forma en la que se trata a las mujeres varía según el país del mundo en el que nos encontremos. Para Núria, Colombia es un ejemplo positivo de esto que decimos. “En Colombia hay muchas mujeres dirigiendo empresas, en los consejos de administración, ocupando posiciones relevantes. Eso tiene un impacto espectacularmente positivo en las niñas”, desarrolla. “Es que, no hay que explicarles que ellas pueden, lo saben. Por lo tanto, más que diferencias en cómo se trata a las mujeres en los diferentes países, si hay diferentes niveles de llegada o de espacio que ocupan las mujeres”, explica. Y es que para ella es fundamental que abunden este tipo de ejemplos, para que cada niña pueda elegir sobre su futuro.

“Para mí, la mujer extraordinaria de mi vida, sin duda, ha sido mi madre. Por su resiliencia, es una mujer que ha tenido que hacer frente a muchos desafíos y lo ha hecho, por su generosidad y por haber creído siempre en mí”, cuenta. Pero, otras de sus grandes fuentes de inspiración son sus hijas. “Son tan diferentes a mí, han conseguido crear su propio espacio, elegir sus propias pasiones. Son brillantes y tienen en común con mi madre su fuerza y su generosidad”, cuenta orgullosa de sus hijas Núria y Ari. Núria Vilanova no se considera una mujer extraordinaria, pero asegura que hacer lo que te apasiona es extraordinario. Y eso es algo que Núria siempre ha tenido claro, lo extraordinario es dejar huella en la sociedad, en tu empresa, familia o amigos.