Hay especies animales que nunca hemos visto, pero que permanecen en nuestro imaginario. El mamut, el dodo o el tigre de Tasmania. Animales que conocemos por la literatura y porque de vez en cuando hay quien asegura que van a ser recuperados con ingeniería genética. Aunque quizá no haga falta. Puede ser que le último de ellos no haya desaparecido.

Dos testigos del tigre de Tasmania

Ahora dos personas aseguran haber visto varios ejemplares de estos animales al norte del estado australiano de Queensland. No son los primeros testigos que aseguran haber visto al animal. Pero en esta ocasión, la detallada descripción aportada ha suavizado el natural escepticismo científico.Tan es así que investigadores de la James Cook University’s Center for Tropical Environmental and Sustainability Science (nada menos) han decidido aplicar el método científico. Quieres comprobar si este hecho histórico es cierto. Para ello van a colocar cincuenta cámaras trampa en la zona de la península de Cape York. Los trabajos comenzarán entre abril y mayo.

Vistos muy de cerca

Aunque no las tienen todas consigo. Algunos expertos aseguran que los testigos pueden haberse confundido con otras especies presentes en la zona. Animales como perros salvajes, dingos o incluso una especie de jabalí autóctona.Lo cierto es que el último tigre de Tasmania real, al menos hasta la fecha, murió en el zoológico Hobert, precisamente en Queensland, en 1936. Por eso se toman con cautela los avistamientos. Aunque Bill Laurence, profesor de la citada universidad aseguró al diario británica The Guardian, que en este caso hay indicios creíbles. Los encuentros se produjeron por la noche y en uno de los casos fue realizado a una distancia muy corta.Los detalles sobre el comportamiento del animal, así como los ojos, el tamaño forma y otros atributos físicos lo diferenciaban de otros animales de la zona. Eran rasgos que lo acercaban a la mítica especie extinguida hace más de 80 años.